CON CHANFLE/Raúl de la Cruz
De pena ajena lo que pasó con Mauricio Ortega ex director de La Prensa Digital. Lo agarraron en la movida a través de las cámaras de seguridad del estadio donde se jugó la final del futbol americano de los Estados Unidos.
Se robó la camiseta de una de las estrellas: Tom Brady. El hecho es condenable. Pero la responsabilidad única y exclusivamente de Mauricio Ortega.
No me vengan con babosadas de que es una vergüenza para el periodismo deportivo. ¡No pendejos! Mauricio ni es y ni ha sido periodista.
Lo conocí en la redacción de El Occidental antes de que se publicara La Prensa Jalisco. Lo enviaron de México como formador, editor de páginas. Nunca reporteó. Y por ser muy amigo de los dueños lo nombraron director de La Prensa. Sin más merecimientos.
Así sucede en distintos medios ya sea impresos y electrónicos. No sé de qué se asustan. No me extraña es que lo acusan sin fundamentos, lo señalan con el dedo flamígero aquellos que se caracterizan por actuar como adulares profesionales. ¡Por favor! Quien esté libre de culpa…..que no mamen.
Esos que han estado compartiendo y replicando el hecho en su mayoría han recibido canonjías de los equipos de futbol, de gente del boxeo. A poco no es corrupción adular por adular; viajar con todo incluido, incluso viejas, a partidos en el extranjero y funciones de boxeo fuera del país.
Por supuesto. Ahora bien, muchos directores de periódicos, estaciones de radio, televisión hacen uso de su puesto para acreditarse en eventos de gran envergadura como finales de futbol, copas mundiales, Panamericanos, Juegos Olímpicos, peleas de campeonato, etc.
Y no se acreditan como directores, su acreditación sale como reporteros. Es una práctica común. Repito, no sé por qué se asustan. Repito, el hecho es condenable pero la vergüenza y el desprestigio es solamente para Mauricio Ortega, quien dudo mucho lo vuelvan a contratar.
Arruinó su vida, perjudicó a su familia y tendrá que pagar las consecuencias. Santa María del Oro.- Este fin de semana estuve en la Laguna Encantada para presenciar el Festival Acuático.
Participaron más de 650 nadadores de toda la república mexicana y fue espectáculo maravilloso ver a tritones de todas las edades y todas las tallas.
Emocionante ser testigo de la profunda emoción que embargó a muchos participantes al llegar a la meta. ¡Misión cumplida! El reto era terminar el recorrido sin importar los tiempos.
Eventos como estos son contados merced a la experiencia de Roberto Ramírez Maldonado quien predica con el ejemplo.
