PERSPECTIVA21/Verónica Juárez Piña
Inicia marzo y con ello una serie de actividades en torno al Día Internacional de la Mujer. Sin duda una fecha emblemática que nos llama a la reflexión, pero sobre todo a la acción en torno a la agenda pendiente para garantizar los derechos humanos de cerca de 62 millones de mujeres y niñas (61,958,914), según datos del INEGI, y que representan el 51.2% de la población total en México.
Así mismo, también cifras del INEGI refieren que las mujeres conforman entre el 38 y el 45% de la Población Económicamente Activa Ocupada, pero reciben el 30% menos de salario en comparación con los varones, y son cabeza de familia en 23% de los hogares y en el 50% de los hogares el trabajo de las mujeres también es fuente sustantiva de ingreso familiar.
Como lo demuestran las cifras, a pesar de ser más de la mitad de la población y ser parte fundamental en la columna vertebral de la economía de nuestro país, las mujeres enfrentan situaciones diversas en franca discriminación frente a los hombres.
Ejemplo de ello son la sobre representación política, la segregación laboral, la subordinación social y la desigualdad que se ve reflejada en algunos ámbitos que muestran el estado de desventaja en la que se encuentran las mujeres en México.
En principio, identificamos tres ámbitos:
- El trabajo, que es indispensable para detener la posibilidad real de autonomía;
- El ámbito de la toma de decisiones, que indica el ejercicio de su ciudadanía; y
- El control de su cuerpo, a través de la salud, sexualidad y la reproducción.
Sin duda las limitaciones en la autonomía económica, la autonomía física y la autonomía política de las mujeres son indicadores de su vulnerabilidad frente al resto de la sociedad.
Por ello, es necesaria la construcción de un proyecto de país plural, incluyente con justicia social e igualdad de géneros, esto como una responsabilidad del Estado, y que debe de extenderse a los hogares, los centros educativos y cada uno de los espacios donde se encuentran las niñas, niños y por supuesto las mujeres.
Este es uno de los muchos retos que tenemos enfrente para garantizar los derechos humanos de todas y todos, pero particularmente de las mujeres y niñas.
Sirva este 8 de marzo para visibilizar la agenda de las mujeres y niñas, en la que buscamos, entre otros puntos, eliminar todas las formas de discriminación, alcanzar la igualdad sustantiva, lograr la igualdad laboral, la autonomía de las mujeres, el seguir impulsando su empoderamiento, concretar la paridad política, garantizar estar en todos los espacios de decisión y el prevenir, sancionar y erradicar la violencia.
Urge revitalizar, ampliar y fortalecer la participación individual y colectiva de las mujeres y niñas en todos sus ámbitos de acción. ¡Espero que así sea!
