Que me mande buena onda

GARAIZ3

LA MÉNDIGA OLIGARQUÍA/Esteban Garaiz

Ese es el Papa Francisco: un hombre abierto a la gran fraternidad universal. De toda la gira realizada recientemente por varios países de América, la nuestra, sobresale sin duda su presencia en el Encuentro con los Movimientos Populares en Santa Cruz de la Sierra, en el oriente de Bolivia el pasado 9 de julio.

Ahí es donde su gran jerarquía queda hecha a un lado, para tomar su verdadera, íntima, dimensión: el magisterio.

Para despedirse de estos luchadores sociales de la base popular, les dice Francisco: «y, por favor, les pido que recen por mí, y si alguno de ustedes no puede rezar, con todo respeto, les pido que me piense bien y me mande buena onda».

Esa es la verdadera fraternidad universal: la que transciende ritos y liturgias y llega al meollo del asunto, la esencia divina de todos los humanos.

Llegó el Papa a refrendar su respaldo a la lucha social: «yo también vengo a unir mi voz a la de ustedes; las famosas tres tes: tierra, techo y trabajo para todos nuestros hermanos y hermanas. Lo dije y lo repito: son derechos sagrados. Vale la pena luchar por ellos. Que el clamor de los excluidos se escuche en América Latina y en toda la tierra».

Sigue diciendo: «Las cosas no andan bien en un mundo donde hay tantos campesinos sin tierra, tantas familias sin techo, tantos trabajadores sin derechos, tantas personas heridas en su dignidad».

No se queda en la descripción. Va al fondo del tema: «Digámoslo sin miedo: necesitamos y queremos un cambio. Hay un hilo invisible que une cada una de esas exclusiones. Porque no se trata de cuestiones aisladas. Estas realidades destructoras responden a un sistema que se ha hecho global. Este sistema ha impuesto la lógica de las ganancias a cualquier costo sin pensar en la exclusión social o la destrucción de la naturaleza».

Y llega a la conclusión: «Este sistema ya no se aguanta, no lo aguantan los campesinos, no lo aguantan los trabajadores, no lo aguantan las comunidades, no lo aguantan los pueblos. Y tampoco lo aguanta la Tierra, la hermana Madre Tierra, como decía San Francisco».

Como se puede observar, el ecologismo de Francisco el Papa no es una moda romántica; está estrechamente ligado a la justicia social. Porque está convencido de que también el destrozo ambiental es producto de la voracidad capitalista y del atropello a los trabajadores.

 @EGaraiz

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