Enrique Peña Nieto asumirá la presidencia de México el 1 de diciembre en una ceremonia en la que no hablará ante el Congreso de la Unión ni escuchará las posturas de los partidos políticos en torno a su gobierno.
El formato para la toma de posesión prevé que el acto comience a las 9:00 horas, con la lectura del Bando Solemne que declara a Peña Nieto presidente para el periodo 2012-2018 y el nombramiento de las comisiones de cortesía que lo recibirán en la sede de la Cámara de Diputados, informó este miércoles Manlio Fabio Beltrones, líder de la bancada del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Posteriormente, los partidos emitirán sus posicionamientos desde la tribuna —en turnos de hasta 10 minutos cada uno— y, al término de sus mensajes, llegarán al recinto Peña Nieto, militante del PRI, y el mandatario saliente, Felipe Calderón, del Partido Acción Nacional (PAN).
Peña Nieto entonces recibirá la banda presidencial, tomará protesta del cargo y se retirará del Palacio Legislativo de San Lázaro, en el oriente de la Ciudad de México.
“El acuerdo que se ha suscrito, por ser de carácter solemne la misma ceremonia, no está previsto que tenga un mensaje por parte del presidente de la República, que él podrá pronunciar, si es su deseo, en algún otro lugar”, dijo Beltrones a periodistas.
La ceremonia, según el líder de los diputados priistas, seguirá un formato que fue aprobado por cinco de los siete partidos políticos. Las fuerzas que no lo avalaron fueron los partidos del Trabajo (PT) y Movimiento Ciudadano, de izquierda.