Visita Lemus la reliquia del corazón de Fray Antonio Alcalde y Barriga

Con el objetivo de conocer más sobre la vida y obra de Fray Antonio Alcalde y Barriga, esta tarde Pablo Lemus Navarro, Presidente Municipal de Guadalajara, acudió al Templo de la Inmaculada Concepción, hogar de las Hermanas Clarisas Capuchinas ubicado en el Centro Histórico de Guadalajara.En este emblemático espacio se resguarda como reliquia el corazón del Fraile de la Calavera, uno de los principales benefactores de la ciudad y el cual se conserva incorrupto de 1792 a la fecha.“Para mí, además de ser un gran honor, es una gran emoción poder estar en este lugar tan emblemático, histórico de nuestra Guadalajara, que alberga y protege el corazón del principal benefactor de nuestra ciudad”, afirmó el Primer Edil tapatío.Lemus Navarro reconoció la visión que tuvo Alcalde y Barriga para la construcción de la ciudad.“A Fray Antonio Alcalde le debemos la visión de ciudad, la visión de la Guadalajara que tenemos el día de hoy. Él conceptualizó también lo hermoso que es Guadalajara, que habrá tenido cambios sobre todo en los años treinta, cuarenta y demás, pero conserva la visión de ciudad de Fray Antonio Alcalde que quería darle a Guadalajara”, dijo.Fray Antonio Alcalde y Barriga llegó a Nueva Galicia el 12 de diciembre de 1771, a los 70 años de edad, como el XXII Obispo de la Diócesis de la Nueva Galicia. Su labor fue fundamental para la creación de dos importantes instituciones que perduraron para las y los jaliscienses: el Hospital Real de San Miguel de Belén, que actualmente es el Hospital Civil de Guadalajara, y la Real Universidad de Guadalajara, ahora la Universidad de Guadalajara.El Fraile de la Calavera murió el 7 de agosto de 1792 y, de acuerdo con los protocolos de aquella época, su cuerpo fue embalsamado, extrayendo las partes blandas del cuerpo para de esta manera evitar su descomposición.La Priora de las Hermanas Clarisas Capuchinas, Sor María Emilia González Colmenares, habló de las actividades que realiza su congregación, destacando su mayor responsabilidad.“Somos también custodias de una reliquia suprema para este monasterio, para la capital de Jalisco y para esta entidad, pues desde el 9 de noviembre de 1792, porque así lo pidió en sus disposiciones póstumas, resguardamos con gratitud y respeto el corazón del siervo de Dios, Fray Antonio Alcalde, nuestro benefactor insignia y modelo de vida”, expresó. El Fraile dispuso que al llegar su muerte, las partes extraídas de su cuerpo se entregaran a distintos conventos y capillas de la ciudad, y de esta manera, se dispuso que su corazón fuera entregado al monasterio de las Clarisas Capuchinas, el que presentaba las mayores necesidades de los cinco conventos existentes en esa época y que Fray Antonio Alcalde apoyó de manera especial.J. Guadalupe Dueñas Gómez, Párroco del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, nombrado por las autoridades eclesiásticas como el encargado de encauzar el proceso para la canonización de Fray Antonio Alcalde y Barriga, en su intervención señaló que “nos hace coincidir aquí el deseo de quien encabeza la autoridad civil, el bien común de Guadalajara, de visitar respetuosamente el sitio donde se resguardan desde 1792 una parte del cuerpo del Genio de la Caridad, según se le apodó por lo grandísimo de su herencia que seguimos disfrutando a vuelta de 250 años”.Alcalde y Barriga patrocinó la instancia que hoy en día es el Museo de la Ciudad, el cual que en su momento sirvió de cocina y comedor del convento de las monjas Capuchinas. Entre otras obras importantes del Fraile se encuentran la construcción del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, la construcción de “Las cuadritas” —complejo habitacional popular—, la urbanización de Guadalajara hacia el norte de la ciudad, el mejoramiento de sus calles, etcétera.Posterior a este acto, el Primer Edil tapatío recorrió el Templo de Inmaculada Concepción, a un costado del claustro de las Hermanas Clarisas Capuchinas.

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