PERSPECTIVA21/Verónica Juárez Piña
México vive un cruce de caminos. No estamos frente a una transformación, sino a una regresión. No estamos frente a una democratización del país, sino frente al restablecimiento del viejo autoritarismo.
Por décadas, las y los perredistas luchamos por un México democrático y en libertad.
Un México que reivindicara la justicia social, pero siempre en estado de derecho y protegiendo nuestras libertades.
Vemos en el Presidente Andrés Manuel López Obrador una amenaza a todo eso que hemos obtenido durante décadas de lucha política.
El domingo comenzamos el periodo ordinario en la Cámara de Diputados. Nuestra Fracción Parlamentaria ha venido trabajando un programa sólido de reformas y cambios que son fundamentales para el país.
A diferencia de López Obrador, nosotros Queremos un México que mire al futuro, liberal, democrático e institucional.
No creemos en las voluntades de los hombres fuertes, sino en las instituciones que previenen los abusos.
Como lo dije en la tribuna parlamentaria en ocasión del inicio de actividades del segundo año de la LXIV Legislatura, nos toca a las y los perredistas defender las libertades.
¿Cómo? Defendiendo todo el entramado institucional que las protegen.
¿Por qué sabemos que nuestro voto cuenta y tenemos libertad política? Porque tenemos una organización electoral autónoma e independiente del Gobierno.
¿Por qué tenemos garantizado nuestro derecho al disenso? Por años de lucha y por la existencia de comisiones de derechos humanos que vigilan que el Gobierno no se meta a coartar nuestras libertades fundamentales.
¿Por qué somos un país en donde estamos normalizando las familias de todo tipo y los matrimonios libres? Porque tenemos una Corte que fue vanguardista y no cedió ante las amenazas de los gobiernos conservadores en turno.
Esas instituciones a las que ataca López Obrador son cimiento para proteger lo que hemos conseguido. Un país de libres e iguales sólo puede concretarse en instituciones, no en la voluntad o la dádiva del poder.
Reconocemos nuestra debilidad parlamentaria. Como coordinadora del PRD en la Cámara de Diputados sé que estamos en inferioridad frente a la maquinaria de Morena y sus aliados.
Sin embargo, tenemos una fortaleza: defendemos agendas que unen a colectivos y organizaciones de la sociedad civil.
Desde la libre interrupción del embarazo hasta un modelo de seguridad desmilitarizado y federalismo; la protección de niños, niñas y adolescentes.
Las y los perredistas nos sentimos acompañados por un vasto número de activistas sociales que llevan décadas impulsando una agenda progresista.
Seremos propositivos, pero nuestro rol parlamentaria será también la de fiscalizar al Gobierno. El Congreso tiene la obligación de controlar a través de distintas vías -el presupuesto la más importante-, la acción diaria de la administración federal.
Seremos los primeros en levantar la voz si las libertades -prensa o manifestación-, los derechos sociales -guarderías, hospitales, escuelas, pensiones, programas sociales- o garantías; son atacadas por el Gobierno.
Consideramos que tender puentes con la oposición fortalecería un frente común a favor de la democracia y las libertades en México.
No importa si se llama Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto o Andrés Manuel López Obrador, las y los perredistas decimos ni un paso atrás en la defensa de nuestras libertades y derechos.
