Reforma político-electoral, algunos apuntes

PESIMISMO ILUSTRADO/Jorge Rocha

Hace unas semanas se suscitó una gran polémica en la opinión pública por la pretensión de hacer una nueva reforma político-electoral.

Hasta el momento en que se escribe este texto no hay una iniciativa en firme y sólo tenemos tres asuntos que desataron el debate: la pretensión de desaparecer el Consejo General del INE, la propuesta de que los institutos electorales locales, ahora llamados OPLE, también desaparezcan; y la iniciativa de reformar la constitución para después del ejercicio de revocación de mandato que quiere realizar el presidente, se pueden celebrar nuevas elecciones presidenciales en caso de que el resultado de la consulta sea desfavorable para López Obrador.

La pregunta central desde mi punto de vista es: ¿se requiere de una nueva reforma política? Mi respuesta es que sí, y doy mis argumentos que poco tienen que ver con los asuntos que detonaron el debate público:

a) Candidaturas independientes. En el proceso electoral pasado quedó muy claramente expuesta la inequidad que existe entre candidatos independientes y candidatos de los partidos políticos.

El financiamiento, los requisitos, el acceso a medios de comunicación, entre otros, provocaron que las condiciones de la contienda favorecieran de manera muy clara a los candidatos de los partidos políticos, en detrimento de los candidatos independientes.

En el caso del estado de Jalisco, por ejemplo, ningún candidato a diputaciones locales y federales o en municipios lograron ganar algún puesto de elección popular (salvo dos alcaldías de 125).

b) Modelo de comunicación política. También en los comicios del año pasado quedó por demás evidenciado que la forma de hacer campañas en México es un modelo agotado.

Los hogares estuvieron inundados de propaganda política que muy poco dejó de educación cívica y que, de acuerdo a las encuestas, no movieron ni un ápice las tendencias electorales que se mostraron desde el principio de las campañas, en fundamental re-pensar esta forma de hacer comunicación política.

c) Segunda vuelta electoral. En procesos electorales locales como los del Estado de México y Coahuila en el año 2017; o a nivel federal en el año 2006, mostraron la necesidad de que ciertos cargos de elección popular como la presidencia o las gubernaturas, puedan ser susceptibles de una segunda vuelta cuando los resultados muestren que varios candidatos tienen casi la misma cantidad de sufragios.

La segunda vuelta daría una mayor certidumbre política a los gobernados y ayudaría a generar mayor legitimidad de los gobiernos electos.

d) Mecanismos de participación ciudadana. En este momento los mecanismos para que la gente pueda decidir sobre procesos de la vida pública en México son insuficientes, hoy por hoy sólo existe la consulta popular, que, dicho sea de paso, no ha sido utilizada ni una sola vez.

Es fundamental que se amplíen los mecanismos de participación ciudadana como el plebiscito, el referéndum, la iniciativa popular, la revocación de mandato, entre otros y con ello fortalecer nuestra precaria democracia.

e) Financiamiento a partidos políticos. Una de las críticas más fuertes hacia el modelo electoral mexicano es el gasto en partidos políticos, que es mucho, no hay rendición de cuentas sobre estos recursos y que han permitido que se generen cúpulas partidarias que gozan de privilegios injustificables.

Es fundamental revisar el modelo de financiamiento de los institutos políticos, para que entonces el sistema electoral sea más barato y que no se provoquen estas lamentables distorsiones.

f) Relación entre tecnología y procesos electorales. Desde hace años se ha impulsado el voto electrónico, que implica el uso de las urnas electrónicas que tienen varias bondades, entre ellas que los resultados electorales se pueden tener en el mismo momento en el que terminan las votaciones, además de que se evita todo el proceso de llenado de actas, donde suele haber errores.

Se replica que siempre se pueden hackear los sistemas digitales, pero se puede contra argumentar que sí tenemos la posibilidad de hacer transferencias electrónicas millonarias, también tenemos la tecnología suficiente para que un voto electoral sea emitido.

Esperemos que la reforma política venidera no se quede en un tema de presupuesto para la organismos públicos electorales y de verdad entremos a una discusión para garantizar y ampliar los derechos políticos de las y los mexicanos.

Profesor investigador del ITESO

@JorgeRochaQ

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