¿Crees estar informado? Piénsalo otra vez

GarciaPimentel

A LAS COSAS POR SU NOMBRE/ Francisco García Pimentel

“Teme al hombre de un solo libro…” – Santo Tomás de Aquino

Es impresionante pensar ahora que hace apenas unos años no existía el internet como lo conocemos hoy.

Pasé la prepa sin Google y la carrera sin Facebook. Apenas empezaban. Aún tenía que ir a la biblioteca, o entregar la misma tarea que todos los demás, copiada del CD de la Encarta. Y no empecé a leer noticias en la web, ni libros digitales, hasta hace pocos años. Antes de eso, mi vida entera –y el mundo- era de papel.

Por cierto, no estoy hablando de 1967, sino de 2005. Es impresionante lo que ha cambiado el mundo en los últimos 10 o 12 años.

El internet nos permite tener a un mundo mucho más conectado y, literalmente, toda la información del planeta en la palma de la mano. Es espectacular.

Sin embargo, ahora que la humanidad parecería estar más unida y conectada; más empática y cercana, la misma web se ha transformado en una herramienta grave y muy peligrosa de desinformación. ¿Crees que estás enterado de lo que pasa en el mundo? – Piénsalo otra vez.

No me refiero a los sitios de noticias falsas; ni siquiera a los periódicos o páginas con clara tendencia ideológica o política. Las opiniones diversas siempre han existido y no son el problema. Los canales de televisión chafas y los libros de dudosa categoría, también.

Lo que no existía y ahora sí es el contenido personalizado de los filtros informativos. Cada página que lees –en tu Facebook, tu twitter, tu netflix (o si eres más nacionalista, tu Blim), tus diarios digitales, tus búsquedas de google y hasta tu e-mail personal- todo está personalizado.

Obviamente has notado que en tu navegador aparecen anuncios publicitarios según tus últimas búsquedas (“¿Le diste click a un video de Frozen ayer? ¡Aquí están los boletos de Disney-On-Ice a mitad de precio!”), pero el problema va mucho más allá.

En el afán de hacerte sentir bien y ayudarte a comprar mejor, ahora virtualmente toda la información que aparece en tu navegador está hecha a tu medida. Los algoritmos cada vez más sofisticados, que conocen tu edad, preferencias, gustos, gastos, amigos, teléfono, dirección y lo que hiciste el verano pasado te muestran solamente la información que ellos CREEN que quieres ver.

Y eso causa un gran, grandísimo, gigantesco problema que se conoce como “Information Bubble” o Burbuja de Información. Es, literalmente, un pequeño mundo diseñado para ti, a tu medida, que te impide ver lo que pasa afuera del mismo y que causa una grave distorsión en tu percepción de la realidad. Ahora sí: nada es verdad ni mentira, todo depende de tu Wall de Facebook.

La burbuja de información resulta en una radicalización paulatina de tu entorno informativo. Los que son, digamos, conservadores, pronto encuentran en su internet solamente información que apoya su punto de vista, pues el algoritmo les “ahorra la molestia” de leer opiniones distintas o noticias discordantes con su visión de la realidad. Lo mismo pasa con los liberales, quienes estaban seguros de que Hillary arrasaría, porque absolutamente toda la información que veían les aseguraba que así sería.

La burbuja informativa aleja cada vez más a los grupos y separa a las personas. Ahora tú y tu vecino viven –o creen vivir- en realidades distintas y ambos, además, ignoran las realidades locales que les son comunes. Estando juntos, habitan planetas distintos y, muchas veces, antagónicos.

Antes, por lo menos, dos vecinos leían el mismo periódico o escuchaban el mismo programa de radio. Podían discutir sobre algo a partir de los mismos hechos. Ahora cada quien tiene sus propios lentes, sus filtros para ver al mundo a su antojo, o ignorarlo por completo.

Y puesto que el filtro está diseñado a la medida, todos generamos un mundo de autoreferenciado que parece legítimo y correcto, porque se refuerza cada vez que abrimos el navegador. Digitalmente hablando, jamás salimos de nuestra propia colonia.

Esto hace más difícil –cuando no imposible- el diálogo, la empatía, la negociación, la unión, el acuerdo y la generosidad, y facilita un mundo en donde la palabra “nosotros” se sustituye por la idea “nosotros contra ellos”. Es la delicia de quienes hacen negocio de dividir, confrontar y radicalizar.

Piensa en el mundo actual. En la política, en la religión, en la economía. Piensa en tu escuela, en tu familia. ¿Cuántos problemas actuales pueden haber sido causados directa o indirectamente por la burbuja? – Piensa en ti mismo ¿Qué tanto te encuentras en tu propia burbuja?

Necesitamos un internet más libre que no decida por nosotros –Zuckerberg dice que ya están trabajando en eso-, pero también necesitamos actuar, como individuos, de forma responsable.

La creatividad social, el avance cultural y las soluciones que urgen requieren de un entorno en donde los seres humanos se atrevan a escuchar al otro, a conocer opiniones discordantes, a retar sus presunciones y a pensar fuera de la caja.

El mundo necesita hoy más que nunca recuperar el valor de la información real; de la verdad, aunque incomode.
La decisión es tuya. La puedes tomar ahora mismo. Seguir viviendo en tu burbuja o retarte a pensar más.

El autor es abogado y master en política internacional. No ha podido resolver su duda sobre por qué Elsa podía dar vida a un hombre de nieve pero no a su propia hermana. Se reciben respuestas en twitter @franciscogpr.

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