Constitución de 1917

jonadab-bannerPOLÍTICA SIN ÉTICA/Jonadab Martínez

Coincido plenamente con el historiador Lorenzo Meyer, al afirmar que la Constitución de 1917 “se aplica a medias” en nuestro país, y un servidor agrega, el incumplimiento de nuestra carta magna no es culpa de la sociedad pero tampoco del gobierno, sino estamos frente a una responsabilidad compartida, bilateral, que se comparte, a lo mejor no el grado de responsabilidad pero si en lo general.

La consultamos como libro de historia o consulta, y no como un libro obligado de leer en cuanto sabemos hacerlo, ya que ahí nacen la mayoría de criterios de nuestro derecho vigente mexicano.

Durante la Mesa Política de Carmen Aristegui, Lorenzo Meyer argumentó que en la medida de que empecemos a cumplir con la Constitución, no querrá decir que la sociedad cambiará sino demostrará que ha cambiado.

Entonces sí, estaremos viviendo en un estado de derecho, en un país de justicia y libertades, en un México de igualdad y democrático.

El día que un mexicano desde su nacimiento siga y cumpla lo que nuestro marco legal narra, nuestra sociedad habrá cambiado, habrá demostrado que avanzó y maduró; en lo tanto, tenemos una Constitución de fantasía, que la mitad de lo que dice no se cumple, y que lo que se cumple no viene en la Constitución.

Y para terminarla de arruinarle el sistema educativo nacional, al Poder Ejecutivo decidió eliminar la asignatura de “Civismo”, materia que por lo menos nos recordaba algunos derechos básicos para defendernos de los abusos y de la desigualdad, ¡ah! Y el himno nacional.

Es deseable, lo dice Lorenzo Meyer: “Algún día quizá lleguemos a vivir dentro de este encuadre jurídico y básicamente moral que dan las constituciones”, es la aspiración de un mexicano enamorado de su país, no de los otros que ante la más mínima laguna legal se aprovechan para enriquecerse o torcer la Ley.

En la misma Mesa Política de Carmen Aristegui, estaba la politóloga Denise Dresser, que palabras más palabras menos, precisó que “la razón de ser del Estado es aplicar la ley”.

Ella argumenta que nuestra Constitución debe actualizarse pero la pregunta es ¿con qué criterio? y es ahí donde se crean muchas preguntas y otras tantas respuestas que no existen.

El debate apenas inicia y ya se cerraron los argumentos, se terminaron los sustentos y nos sobran razones políticas y electorales para proponer y presionar, para pedir y dar, para negociar y ganar.

Coincido con Denise, nuestra Constitución debe innovar, debe crecer, debe madurar, pero también el suscrito agrega, debe homologarse y ser creativa pero se debe trabajar en su cumplimiento, sino inútil, inservible y sin resultados.

La historiadora es dura, suscribe que el “documento no refleja a la sociedad sino a quien la controla”.

Nuestra Constitución ha tenido muchos cambios, no sé si ya perdió algo de su esencia pero lo que le quedaba se ha perfumado de corrupción e impunidad, de complicidades y culpables. Se ha jurado con una mano en la Constitución y la otra en el moche, en el dinero, en los privilegios, etc.

Diputado de MC por Jalisco

@Jonadabmartinez

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.