Europa convulsa

Avatar-LaloDIVISADERO/Eduardo González

Los acontecimientos europeos que se han sucedido en cascada en los últimos meses nos muestran un viejo continente harto convulso. Lo mismo por procesos políticos como el Brexit de Reino Unido y el cambio de primer ministro; los atentados terroristas en Francia y Bélgica; o el intento de golpe de Estado en Turquía.

El caso es que las autoridades europeas nacionales y continentales no terminan de salir de un problema cuando ya se les presenta otro. Sin duda estos últimos años no han sido los mejores en la historia reciente de la Europa unida.

Veamos el caso Turquía. El fin de semana pasado varios mandos militares seguidores del clérigo Fethullah Gulen, avecindado en Estados Unidos, intentaron derrocar el gobierno del presidente, Recep Tayip Erdogan.

Como es común en estos casos, lo que reinó fue la confusión, los discursos encontrados y la falta de claridad en las explicaciones de lo sucedido.

El intento de golpe de Estado tiene varias pistas para su análisis. Para ello, debemos partir que Turquía no pertenece a la Unión Europea pero sí a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Por lo tanto, un posible golpe de Estado viene a tambalear su papel dentro de la alianza continental y repercute más allá de su país. Sobre todo a los intereses estadunidenses en Medio Oriente.

Como miembro de la OTAN, representa la segunda mayor fuerza militar en la lucha contra el Estado Islámico; así como el territorio puente para la movilización de tropas de occidente a Medio Oriente.

Por ello, un derrocamiento del gobierno de Erdogan cambiaría sustancialmente la posición de aquel país en el contexto de la lucha contra el Estado Islámico y la presencia estadunidense en la zona.

La misma base aérea de Incirlik, utilizada por la coalición liderada por Estados Unidos para bombardear al Estado Islámico en Irak y Siria, volvió a operar tras tomar el control de la situación las autoridades turcas. El respaldo de la Casa Blanca al gobierno turco no se hizo esperar.

Por otro lado, pasadas las primeras horas de intento golpista, pareciera que el más fortalecido de todo ello, es precisamente Recep Taiyip, pues en el combate a las fuerzas arribistas encuentra la justificación para poner en marcha medias de mayor control y represión en aquellas tierras.

El intento de golpe de Estado es tomado como el pretexto perfecto para recrudecer su administración. Asimismo, la derecha partidista podrá materializar en votos el rechazo de la población a las acciones violentas del fin de semana.

Sin embargo, no debemos olvidar la larga historia de golpes de Estado realizados en Turquía, en 1960, 1971 y 1980, lo cual no garantiza que la intentona golpista pudiese quedar en eso, en una intentona, y no materializarse en los siguientes meses como consecuencia de lo que muchos llaman la “creciente islamización de Turquía”.

Sea como sea, la segunda década del siglo XXI no ha transcurrido en calma para beneficio de la comunidad europea e internacional, por el contrario, todo parece indicar que los momentos más difíciles aún están por venir.

Analista político

@contodoytriques

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