El primer Festival Internacional de Novela Negra Huellas del Crimen no ha dejado lugar a dudas: el género negro goza de creciente interés. Durante tres días el Centro de las Artes de San Luis Potosí-Centenario se convirtió en punto de encuentro entre lectores y escritores que participaron en el primer esfuerzo institucional por otorgarle un lugar justo a un género que por años fue considerado menor.
El encuentro nació con forma, no calentó en el camino. El cartel incluyó a autores extranjeros como el francés Bernard Minier, las británicas Val, McDermid y Mari Hannah, así como la forense Sarah Hainsworth. También estuvo aquí el argentino Federico Axat y más de 20 autores mexicanos hoy convertidos en referencia del género negro: F. G. Haghenbeck, Élmer Mendoza o Taibo II.
La convocatoria funcionó y los espacios de la expenitenciaría potosina lucieron llenos de lectores. Otro acierto fue la descentralización de la actividad cultural. “Un proyecto así fuera de la Ciudad de México era muy difícil de concebir, pero se hizo y con éxito”, dijo Núñez. Ahora el trabajo estará en definir la manera cómo funcionará el encuentro en su próxima edición: en principio se planteó que el festival pudiera itinerar por diferentes estados del país, pero SLP ha pedido continuar siendo sede; otros estados, como Chiapas o Morelos, también han manifestado interés por ser sedes.
