Mangas de conductor en Canadá

GARAIZ3LA MÉNDIGA OLIGARQUÍA/Esteban Garaíz

Nadie pone un negocio de mangas para conductor en Canadá. Si alguien decide fabricarlas, será para exportarlas a los países asoleados. Tendrá que calcular y asumir el costo adicional del transporte.

No las fabricará, sencillamente porque no hacen falta. No hay demanda. En Canadá hay que ofrecer calentadores ahorradores de energía y a bajo costo. Tampoco las exportará a Noruega o a Finlandia.

Los “emprenduristas” tienen que saberlo. El motor de la economía es la demanda. Hasta los taqueros lo saben. Contimás los fabricantes y vendedores de mangas para conductor.

El principio de la Humanidad fue la demanda: primero un palo o una piedra; después un palo cortado o una piedra tallada; después la piedra tallada y la punta de flecha a cambio de la presa, o del fruto recolectado.

Los señores empresarios tienen intereses legítimos. Rentables y atendibles. Además de los derechos generales de todos los seres humanos. Como gremio, el 1 por ciento de los agentes económicos, que contratan al 99 por ciento restante (de los participantes en la economía formal) están en todo su derecho de elevar sus reclamos ante los candidatos que aspiran (también legítimamente) a que les demos nuestro apoyo y anuencia para gobernarnos.

Son intereses particulares. Además de los derechos generales, que no están sujetos a ninguna solicitud, porque sencillamente son derechos; y por eso mismo, son obligaciones de los gobernantes.

El Consejo de Cámaras Industriales de Jalisco, o sea el 1 por ciento contratador de trabajo, ha hecho público un Decálogo de Propuestas a los candidatos ahora en campaña para conseguir el apoyo de los ciudadanos para gobernar los municipios del estado, y para elaborar las leyes y presupuestos de un buen gobierno.

Legítimos reclamos. Algunos basados a todas luces en un diagnóstico desenfocado.

Totalmente válido que las declaraciones fiscales de los funcionarios se hagan al inicio y al final de cada administración. Muy atendible la propuesta de que “el 50 por ciento de las compras se otorguen a los industriales, a los prestadores de servicios y a los comerciantes de Jalisco, como un proyecto para impulsar el mercado interno”.

No sólo favorecería, como política pública, a los empleadores representados en el CCIJ; también favorecería al 99 por ciento.

Bueno sería, muy bueno, que esto que se propone a los candidatos de Jalisco, llegara como reclamo de interés a las autoridades federales: al titular único del Poder Ejecutivo y a los 500 más 128 legisladores federales, que parecen (y de seguro lo están) empeñados en lo contrario: abrir y destrozar el mercado interno.

La demanda, motor de la economía, tiene dos ingredientes, indispensables ambos y cada uno: el primero es la necesidad sentida; el segundo es el ingreso familiar para poder adquirir lo que ofrece el mercado.

Para esto segundo, señores dirigentes del CCIJ, se requiere masa salarial, hundida desde 1976, a grado inaudito, de modo tal que el poder adquisitivo de las familias es hoy menos de la cuarta parte de lo que fue hace 40 años.

Ahí les falló el diagnóstico, y por eso les falla la propuesta. La seguridad que reclaman sólo puede basarse en ingresos familiares “decentes”, como les llama la OIT. También el mercado interno.

@EGaraiz

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