POLÍTICA SIN ÉTICA/Jonadab Martínez
Mientras el Operativo SalvandoVidas conserve la transparencia en sus procesos, mientras a la sociedad civil se le permita observar el cumplimiento de los protocolos y mientras siga siendo un Programa donde la corrupción e impunidad no penetre, seguiré siendo defensor del Programa SalvandoVidas, sin embargo, sobre la decisión que tomó el Secretario de Movilidad, Mauricio Gudiño, me parece irresponsable e incongruente.
A pesar de que es una de las facultades que goza el Secretario de Movilidad, el Operativo SalvandoVidas no se puede suspender al arbitrio personal ni al estado de ánimo de nadie, sea quien sea, y mucho menos cuando se suspende para acudir a una posada.
Debemos recordar que las llamadas “Toritas” trabajan para la gente y por la gente, no son empleadas de un particular que puede decidir a la ligera que no acudan a trabajar para irse a alguna festividad.
Con el respeto con el que siempre me he dirigido al Secretario de Movilidad, hoy además de equivocarse en su decisión, se equivocó en su declaración al afirmar que el Operativo era de él y que él podía decidir si se instalaba o no, si se suspendía o no. Aunque en la verdad jurídica eso es cierto, no puede un servidor público como él declarar así, mucho menos en un tono alterado.
Se ha presumido que el Operativo está libre de influyentismo y de corrupción, sin embargo, la decisión de cancelar al Programa Salvando Vidas es todo lo contrario, es el resultado de tener autoridad para hacer lo que sea y enojarse por ser cuestionado.
Como Visor Ciudadano, no estoy de acuerdo con la decisión que tomó el Secretario de Movilidad, no tanto por el festejo de la posada, sino por manchar la credibilidad y congruencia que ha mantenido el Operativo SalvandoVidas gracias al esfuerzo de la sociedad organizada y del gobierno en turno.
Espero que el “coscorrón” que le dio el Gobernador del Estado, sea contundente para no volver a repetir un caso semejante.
