Cuando finalmente llegó el día para que Ashley Barth y su familia se mudaran a la isla Maui de Hawaii, tenían el corazón destrozado. La gata de la familia, Mee Moowe, había desaparecido.
Mee Moowe, según le contó Barth a WAVY-TV, debió escapar el día en que la gente de la mudanza llegó a empacar sus cosas en su casa de Virginia. Confiando en que los trabajadores de New World International podrían realizar la tarea sin que ella estuviera allí, los dejó solos en casa para que ella pudiera llevar a su bebé a una cita médica, de acuerdo con el sitio local de noticias Hawaii News Nows.
Esperando a que su gata regresara, la familia retrasó su viaje por tres días. Esperaron en la casa vacía, pero Mee Moowe nunca apareció. Eventualmente, el 12 de septiembre, los Barth tuvieron que partir. «Ella es una parte muy importante de nuestra familia. Ella duerme todas la noches con mi hija», le dijo Barth a Hawaii News Now. «Así que fue devastador cuando no pudimos encontrarla».
Treinta y seis días después, las pertenencias de la familia finalmente llegaron a Maui. Cuando la gente de la mudanza comenzó a descargar las cajas, escucharon un débil y apagado maullido. «El hombre dice, ‘¿Qué es ese sonido?’, y mi corazón se hundió por un minuto», le dijo Barth a WAVY-TV. «Y pensé, ‘No, no puede ser’. Y luego lo escuchamos de nuevo. Y el hombre dijo, ‘¿Fue un gato?’».
Inmediatamente, Barth se dio cuenta de que era Mee Moowe, y «todos comenzaron a llorar», según le dijo ella a la estación local de noticias KHON2. Su hija de 10 años ayudó a liberar a la gata de la caja.
Después de sobrevivir más de un mes dentro de una caja sellada sin comida ni agua, Mee Moowe lucía sorprendentemente distinta. Sus ojos estaban cerrados con costras, había perdido la mitad de su peso, y tenía los síntomas típicos de inanición, según los informes.
Debido a las estrictas regulaciones de cuarentena y vacunación animal de Hawaii, Mee Moowe no estuvo mucho tiempo con su familia a su llegada a Maui. Se suponía que iba a ser vacunada en Virginia antes de ser enviada de manera apropiada a la isla, pero ahora Mee Moowee debe vivir con un veterinario en Hawaii durante tres meses para que se le apliquen las vacunas necesarias.
