El Presidente electo de México, Enrique Peña Nieto entregó a diputados y senadores dos proyectos de iniciativa de reformas constitucionales, que permitirán “ejercer una presidencia democrática y eficaz”.
La primera de ellas, es la creación de la Comisión Nacional Anticorrupción, para lograr un objetivo central: que el gobierno actúe con mayor eficacia en combatir las faltas administrativas y las conductas de corrupción “que se viven, lamentablemente, en los distintos niveles de gobierno y, especialmente dentro del Gobierno Federal”.
La segunda iniciativa tiene que ver con una reestructuración de la Administración Pública Federal.
Busca que, antes de que inicie la próxima administración, “podamos reorganizar a la Administración Pública en un primer paso, para que podamos cumplir con eficacia la confianza que nos ha sido depositada”.
Los principales objetivos de esta reforma son los siguientes:
- Garantizar la coordinación del gabinete y dar seguimiento a sus políticas.
- Generar un nuevo esquema de organización, que permita mejorar la seguridad interna, y con ello recuperar la paz y la tranquilidad para todos los mexicanos.
- Dar un nuevo impulso a las políticas sociales para reforzar el combate a la pobreza y la desigualdad.
- Y también propiciar mayores condiciones de armonía y orden en el desarrollo del país, en sus ámbitos agrario, territorial, urbano y de vivienda.
De ser aprobadas estas iniciativas, el Gobierno estará sujeto de manera permanente a una evaluación de la sociedad mexicana sobre los resultados que esperan de la próxima administración federal.
