Madre de Rubiales inicia huelga de hambre en iglesia. Arrecian pedidos de dimisión

 

AP.— La madre del presidente de la federación española de fútbol en el punta de mira por besar a una campeona mundial en los labios inició el lunes una huelga de hambre en defensa de su hijo, al mismo tiempo que arreciaron los pedidos para que el dirigente dimita y la Fiscalía abrió una investigación preliminar.

Los líderes de las federaciones territoriales que conforman la Real Federación Española de Fútbol se reunieron el lunes y pidieron la renuncia inmediata de Rubiales. La FIFA, ente rector del fútbol mundial, ya le había suspendido provisionalmente — durante 90 días — tras un desafiante pronunciamiento en el que se negó a dimitir.

El escándalo por el beso — y el rechazo de Rubiales a aceptar que Jenni Hermoso insiste que el mismo no fue consensual — ha empañado la victoria de España por 1-0 ante Inglaterra en la final del Mundial femenino. Las jugadores de la selección dijeron la semana pasada que no volverán a una convocatoria a menos que Rubiales renuncie.

Ángeles Béjar, la madre de Rubiales, dijo a la agencia noticiosa estatal EFE que estará en huelga de hambre “de manera indefinida, día y noche” hasta que se ponga fin a “la cacería inhumana y sangrienta que están haciendo con mi hijo”.

Béjar, se encuentra en la Iglesia de la Divina Pastora en Motril, un pueblo mediterráneo ubicado a unos 70 kilómetros (40 millas) al sur de la ciudad de Granada. El Arzobispado de Granada, a cargo de la iglesia, dijo a The Associated Press en un mensaje que el arzobispado y la parroquia se abstendrían de cualquier comentario sobre Béjar y remitieron todas las solicitudes de entrevista a la familia.

Afuera de la parroquia, la prima de Rubiales, Vanessa Ruiz, acompañó a su madre al pedirle a la jugadora, Jenni Hermoso, que “diga la verdad”. Ruiz añadió que la familia está sufriendo mucho y describió a Rubiales como “una buena persona, muy noble”.

Hermoso ha desmentido la versión de Rubiales de que ella consintió lo que el dirigente describió como un beso “mutuo” durante la entrega de medallas tras la final disputada el 20 de agosto en Sydney.

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