Las damas del poder

EL LIBRO DE LA SEMANA

LAS DAMAS DEL PODER/Francisco Cruz

Una tradición no escrita les dio el papel de «rostro amable» del régimen: protectoras de la infancia, de los desamparados y representantes de su propio sexo al lado del machista presidencialismo mexicano, ellas debían inspirar sentimientos nobles frente a los crecientes rigores de un sistema político que se endurecía con cada sexenio reprimiendo brutalmente a disidentes pacíficos y a opositores armados, asesinando a los periodistas que denunciaban la corrupción y los atropellos, y llegaba al genocidio, la censura y la ilegalidad de cualquier dictadura.

Contagiadas de la prepotencia y cualquier otro vicio de sus esposos, las primeras damas terminaron volviéndose la principal expresión de los excesos propios y ajenos y del silencio impuesto a la sociedad frente a las tragedias que marcaban la historia nacional, la rapacidad y la violencia en aumento, y en cambio se prestaron a una farsa repetida cada seis años, la de formar un matrimonio de ensueño con los elegidos para ocupar el cargo más importante del país…

Autor de las obras periodísticas Los hijos del imperio y García Luna, El señor de la muerte, Francisco Cruz analiza en Las damas del poder (Planeta) la relevancia de una figura polémica, ajena a las leyes que deberían limitar la actuación de los funcionarios y en este caso el más importante del Estado mexicano, y que precisamente por ello, por su cercanía al poder sin los controles necesarios, ejerció un peso cada vez más determinante en la actuación del presidente, en la persecución de sus propias ambiciones, y en cada ocasión favoreció a los suyos en forma descarada.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.