El coloso de Rodas

En el año 305 a. C. la ciudad de Rodas, se vio sometida a un férreo asedio por parte del célebre Demetrio Poliorcetes (“Asediador de ciudades”), esto en represalia por el apoyo que la ciudad le había dado a Ptolomeo I de Egipto en su lucha contra Antígono Monóftalmo (“El Cíclope”), padre de Demetrio.

Después de un año, de infructuoso asedio, Demetrio tuvo que abandonar el sitio, al reanudarse la guerra en Grecia, dejando todo el material bélico en el lugar. Los rodios ya libres, recogieron todo lo que encontraron de valor y lo vendieron.

Para celebrar su victoria, y aprovechando las ganancias obtenidas, decidieron ordenar la construcción de una estatua del dios Helios. Para esto, convocaron al escultor Cares de Lindos, un alumno del gran Lisipo, y se necesitaron doce años (del 292 al 280 a. C.) para completarla.

Los relatos antiguos, que difieren en cierta medida, describen la estructura como construida con barras de hierro unidas a las que se fijaron placas de latón para formar la piel.

El interior de la estructura, que se alzaba sobre un pedestal de mármol blanco de 15 metros de altura, se llenó de bloques de piedra a medida que avanzaba la construcción.

Según la mayoría de las descripciones contemporáneas, la estatua en sí era de 32 metros de altura. Las partes superiores se construyeron con el uso de una gran rampa de tierra.

Durante su construcción, los trabajadores apilaban montículos de tierra a los lados del coloso. Al finalizar, se eliminó toda la tierra y se dejó al coloso solo.

La estatua se mantuvo en pie durante 54 años hasta que un fuerte terremoto azotó Rodas alrededor del 226 a. C. La ciudad sufrió graves daños y el coloso se rompió en su punto más débil: las rodillas.

Los rodios recibieron una oferta inmediata de Ptolomeo III Evergetes de Egipto para cubrir todos los costos de restauración del monumento caído. Sin embargo, un oráculo fue consultado y prohibió la reconstrucción.

La oferta de Ptolomeo fue rechazada.

Los restos se mantuvieron en el suelo durante más de 800 años, y seguían impresionando a quienes los veían. Plinio el Viejo comento que sus pulgares eran tan grandes que una persona con dificultad podía envolverlo con sus brazos.

En 653 los árabes capturaron Rodas y los restos del coloso fueron vendidos.

Durante mucho tiempo se creía que el coloso se encontraba frente al puerto de Mandraki, uno de los muchos en la ciudad de Rodas, a horcajadas de su entrada.

Incluso muchos tienen en la cabeza la imagen de barcos entrando al puerto por entre las piernas del coloso.

Pero dada la altura de la estatua y el ancho de la boca del puerto, esta posibilidad es bastante improbable.

Además, el coloso caído habría bloqueado la entrada del puerto.

Estudios recientes sugieren que se erigió en el promontorio oriental del puerto de Mandraki o incluso más tierra adentro.

En cualquier caso, nunca se montó en la entrada del puerto como muchas ilustraciones trataron y tratan de demostrar.

Para tener una idea, si consideramos que el coloso media un mínimo de 30 metros a un máximo de 39, la Estatua de la Libertad mide 46, solo la estatua y 93 incluyendo su pedestal.

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