El show de la reforma eléctrica

POLÍTICA SIN ÉTICA

Jonadab Martínez

El país que bloquea sus fronteras, y que piensa que la patria es cerrar sus mercados y nacionalizar los bienes producidos en su territorio, se entierra en sus pasiones e inicia su agonía.

La reforma eléctrica presentada por el presidente Andrés Manuel López Obrador pretendía cerrar las fronteras para que solo la Comisión Federal de Electricidad (CFE) pudiera administrar, generar y comercializar la energía eléctrica en México.

La reforma eléctrica del 2013, que debo decir no fue la mejor y que puede ser perfectible, hizo lo contrario, abrió los mercados a la industria internacional. En aquel entonces, también se decía que se entregaría la soberanía y que quienes decidían eso empeñaban el futuro de México. Ha pasado casi una década y nada de lo que se decía sucedió.

Con la intención de revertir, precisamente la reforma eléctrica del 2013, López Obrador pretendía que las plantas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) vendieran la electricidad antes que las compañías eléctricas extranjeras, es decir, tenía la intención de limitar la participación privada en el sector, cancelando contratos de inversión.

¿Qué realmente sucedió? La competitividad en el mercado, la lucha por la oferta y la demanda, saber quién vende a un precio justo un producto de calidad, y que la sociedad decida a quien comprar o con quien contratar un servicio.

Después de esa reforma, se vino la generación que vio la expansión de los paneles solares, bueno, hasta los calentadores solares como programas de gobierno o política pública.

Hoy en día, las empresas privadas en México, principalmente las extranjeras, dominan el 68% de la generación de energía eléctrica, mientras que el Estado mexicano, solo el 32% (Ángel Balderas, catedrático de la Universidad Autónoma de Querétaro.).

El debate tenía dos rostros, pero desgraciadamente pudo más la grilla y la politiquería, que el debate técnico, el de los datos, el de los indicadores y el de las especulaciones con fundamentos económicos.

Lo que sí quedó claro, es que AMLO sufrió otra derrota, aunque la realidad del show era precisamente ese. Él logró como lo ha hecho durante todo su gobierno, mantener el dominio de la agenda pública, polarizar a la gente entre las buenas y las malas, entre las defensoras de la patria y las traidoras.

Después del debate, no sé quiénes fueron las personas defensoras de la patria y las traidoras, puesto que quienes votaron en contra sostenían que era por defender al país y al medio ambiente, la otra, aseguraba que la mejor protección del país era nacionalizando su energía.

El debate aún no se ha terminado, MORENA lo seguirá sosteniendo hasta convencer, bueno, intentar convencer al electorado, que quienes votaron en contra lo hicieron por intereses económicos personales, que ayer, hoy, y seguramente mañana, no podrá demostrar que así fue.

MAP Jonadab Martínez García

@jonadabmartinez

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