Millonarios rusos buscan puertos seguros para que no les embarguen sus super yates

AP— El super yate Dilbar es tan largo como un campo de fútbol y medio. Tiene dos helipuertos, camas para más de 130 personas y una piscina de 25 metros en la que cabría otro super yate.

El Dilbar se fletó en 2016, según reportes con un valor de más de 648 millones de dólares. Cinco años más tarde, su supuesto propietario, el oligarca ruso cercano al Kremlin Alisher Usmanov, ya estaba descontento.

El pasado otoño envió el barco a un astillero alemán para reacondicionarlo a un costo de cientos de millones de dólares, según informes.

El Dilbar estaba en dique seco el jueves cuando Estados Unidos y la Unión Europea anunciaron sanciones económicas contra Usmanov, un magnate de los metales y uno de los primeros inversionistas de Facebook, por sus lazos con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, y en represalia por la invasión rusa en Ucrania.

“Trabajamos con nuestros aliados europeos para encontrar y confiscar sus yates, sus apartamentos de lujo, sus aviones privados”, dijo el martes el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en un mensaje a los oligarcas rusos durante su discurso sobre el Estado de la Unión. “Vamos a por sus ganancias ilícitas”.

Confiscar los enormes barcos podría ser un desafío. Los multimillonarios rusos han tenido décadas para esconder su dinero y sus activos en Occidente de gobiernos que pueden intentar gravarlos o confiscarlos.

Varios medios reportaron la semana pasada que las autoridades alemanas habían incautado el Dilbar. Pero una vocera del Ministerio estatal de Economía de Hamburgo dijo a Associated Press que todavía no se había producido ese trámite porque no se había podido determinar quién era el propietario de la embarcación.

El Dilbar tiene bandera de Islas Caimán y está registrado a nombre de un conglomerado de empresas en Malta, países cuya legislación bancaria atrae grandes fortunas.

En colaboración con la firma británica de valoración de yates VesselsValue, AP recopiló una lista de 56 super yates, definida en general como barcos de lujo que superan los 24 metros (79 pies) de eslora que se cree perteneciente a unas pocas docenas de oligarcas afines al Kremlin. En total, los yates suman un valor de mercado de más de 5.400 millones de dólares.

Muchos están anclados en el Mediterráneo y el Caribe. Pero más de una docena iban camino o habían llegado a puertos remotos en pequeños países como Maldivas y Montenegro, donde podrían quedar fuera del alcance de las sanciones occidentales. Tres han desaparecido de los sistemas de rastreo, y su última ubicación conocida, lugares ante el Bósforo en Turquía, acceso al Mar Negro ya los puertos de Sochi y Novorosíisk, en el sur de Rusia.

El Graceful, un super yate fabricado en Alemania y con bandera rusa que se cree pertenece a Putin, salió de un muelle de reparaciones en Hamburgo, Alemania, el 7 de febrero, dos semanas antes de que Rusia invadiera Ucrania. Ahora está amarrado en el puerto báltico ruso de Kaliningrado, lejos del alcance de las sanciones occidentales impuestas contra el mandatario en la última semana.

Las autoridades francesas confiscaron el jueves el super yate Amore Vero en la localidad turística mediterránea de La Ciotat. Se cree que el barco pertenece a Igor Sechin, un aliado de Putin que dirige la gigante petrolera rusa Rosneft y que lleva en una lista de sanciones estadounidenses desde que Rusia se anexionó Crimea en 2014.

El Ministerio francés de Finanzas excluyó en un comunicado que las autoridades aduaneras habían abordado el Amore Vero, de 88 metros (289 pies) de eslora, y descubrió que su tripulación se preparó para una salida urgente a pesar de que sus tareas previstas de reparación no habían terminado.

Las autoridades italianas confiscaron el viernes a Lady M, de 64 metros (213 pies), que estaba amarrado en el puerto de Imperia, en la Riviera Italiana. En un tuit anunciando la operación, el vocero del primer ministro, Mario Draghi, dijo que el yate era propiedad del sancionado magnate del acero Alexei Mordashov, identificado como el hombre más rico de Rusia con una fortuna de unos 30.000 millones de dólares.

Pero el Nord, su barco de 141 metros (464 pies), estaba a salvo el viernes en Seychelles, un archipiélago tropical en el Océano Índico que no está sujeto a las sanciones estadounidenses ni de la Unión Europea. El Nord, que es uno de los super yates más grandes del mundo, tiene un valor de mercado de 500 millones de dólares.

“Ningún oligarca ruso con amor propio se queda sin super yate”, dijo William Browder, operador financiero nacido en Estados Unidos y afincado en Londres, que trabajó durante años en Moscú antes de convertirse en uno de los críticos más conocidos de Putin en el extranjero.

Se cree que el magnate ruso del metal y el petróleo Roman Abramovich ha comprado o construido al menos siete de los yates más grandes del mundo, algunos de los cuales han vendido después a otros oligarcas.

Las crecientes sanciones de Estados Unidos y la UE sobre oligarcas cercanos a Putin y bancos rusos han conmocionado a la industria, destaca Dennis Causier, analista de super yates que trabaja en VesselsFinder. Astilleros y trabajadores temen que no se les pague. El costo de un super yate puede superar los 50 millones de dólares anuales entre tripulación, combustible y mantenimiento.

La mayoría de los rusos en la lista anual Forbes de multimillonarios no han sido sancionados aún por Estados Unidos y sus aliados, y sus super yates siguen surcando los océanos del mundo.

Se cree que el Stella Maris, de 72 metros (237 pies) de eslora, y que un periodista de AP vio esta semana amarrado en Niza, Francia, pertenece a Rashid Sardarov, un millonario ruso y magnate del gas y el petróleo.

Tras la publicación inicial de este reportaje, un comerciante de yates llamado Joan Plana Palao contactó a la AP para decir que su compañía representa a un ciudadano estadounidense en California que compró el Stella Maris el mes pasado. Se negó a divulgar el nombre del comprador o del vendedor.

El Departamento del Tesoro de Estados Unidos anunció el jueves una nueva ronda de sanciones. En su comunicado agregó un informe sobre los estrechos lazos de Usmanov con Putin y fotos del Dilbar y el avión privado del oligarca, un Airbus A340-200 de 63 metros (209 pies) de largo, hecho a medida.

Abramovich aún no ha sido sancionado. Los parlamentarios británicos han criticado al primer ministro, Boris Johnson, por no ir tras los activos en Gran Bretaña de Abramovich, que incluyen al club profesional de fútbol Chelsea.

Bajo una presión creciente, el oligarca anunció esta semana que vendería el equipo, valorado en 2.500 millones de dólares, y donaría el dinero “a beneficio de todas las víctimas de la guerra en Ucrania”.

Entre tanto, las balizas de localización mostraron el Solaris, de 162 metros (522 pies), fletado por Abramovich en 2020 y con un muelle submarino que según medios incluye un pequeño sumergible, amarrado el sábado en Barcelona, ​​España.

El Eclipse, otro barco de Abramovich con pisos de ocho metros de altura y que lleva en el agua desde el año pasado, salió el jueves por la noche de San Martín y navega por el Mar Caribe con destino desconocido.

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