Nuevamente Donald Trump al banquillo

DIVISADERO

Eduardo González Velázquez

Desde que Donald Trump perdió la elección presidencial frente al candidato demócrata, Joe Biden, no ha tenido momentos de tranquilidad: ora por la derrota misma, ora por la cancelación de sus cuentas de tuiter y feisbuc, ora por la disminución de su liderazgo en el partido Republicano; ora por el segundo juicio político que aún no concluye; ora por la demanda de su sobrina Mary Trump por fraude de su herencia familiar; ora por las acusaciones federales a la “Organización Trump” y su exdirector financiero, Allen Weisselberg, por la presunta puesta en marcha de un esquema de fraude en primer grado que habría ocurrido entre marzo de 2005 y junio del 2021.

En total son 15 cargos criminales que enfrenta la Organización ante el Tribunal Supremo de Nueva York (Político, 2 de julio de 2021).

En la acusación a la Organización es mencionado el ex presidente y su hijo Donald Trump Jr., aunque no como acusados directamente, pero si como beneficiarios de las acciones emprendidas por Weisselberg, que permitieron que recibieran “sustanciales” ingresos a través de medios indirectos y encubiertos, mediante una compensación que no fue declarada o al menos no correctamente.

Sea como sea, este nuevo caso pone en riesgo el futuro económico y político del ex mandatario, del que, por cierto, ya se desmarcan algunos Representantes, Senadores y gobernadores republicanos con miras a las elecciones de medio término.

Asimismo, la acusación es sobre la falta en el pago de impuestos sobre la renta estatal y federal de Nueva York por aproximadamente 1.7 millones de dólares.

Como era de esperarse, la Organización y el mismo Donald Trump argumentaron que el fondo del proceso no es un asunto de justicia, sino una cacería de brujas para evitar el regreso del ex presidente a la Oficina Oval.

Aunque la justicia estadunidense suele perdonar algunas cosas, la evasión fiscal se persigue casi hasta sus últimas consecuencias, por ello, la relevancia del caso.

De todas maneras, el proceso podría tardar meses antes de que Trump pudiera enfrentar algunos cargos de manera directa.

No obstante, que Trump cedió el control de su Organización a sus hijos y a Weisselberg cuando ocupó la presidencia, no podemos olvidar que muchos de los delitos documentados en los cargos sucedieron antes de su llegada a la Casa Blanca.

Por otro lado, el mismo ex mandatario lo dijo en repetidas ocasiones: «Soy el presidente y presidente de la Organización Trump».

Así lo escribió en su libro Trump: Cómo hacerse rico. Lo cual lo coloca en una posición delicada dentro del proceso que se le sigue a Weisselberg.

Sea como sea, la nueva trama donde se mira inmiscuido Trump lo puede acercar nuevamente al banquillo de los acusados. Al tiempo.

Profesor-investigador del Depto. de Relaciones Internacionales, región occidente. Tec de Monterrey.
@contodoytriques

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