PERSPECTIVA21/Verónica Juárez Piña
El problema de las desapariciones sacude cada rincón de este país. No importa si es el Sur o el Norte, el campo o la ciudad, mexicanas y mexicanos desaparecen y el Estado es incapaz de proteger a la población.
La crisis de los desaparecidos en México es más grave que lo sucedido durante las sangrientas dictaduras en Sudamérica. Hasta el último corte, de acuerdo con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas, en México hay más de 33 mil ciudadanos que no están localizables, que pudieron haber sido raptados por la delincuencia organizada, la policía o asesinados sin encontrar el cuerpo.
Jalisco es uno de los estados más afectados por este fracaso del Gobierno. De acuerdo con los mismos datos del Registro Nacional, 2 mil 971 personas están desaparecidas en Jalisco. Nuestra Entidad ocupa el tercer lugar, sólo por detrás de Tamaulipas y el Estado de México.
El gobierno del Estado se comprometió a echar a andar una instancia que se encargara de investigar y dar con el paradero de estos casi tres mil jaliscienses desaparecidos, sin embargo, hasta el momento no tiene titular ni tampoco presupuesto asignado. Otro ejercicio de simulación, lamentablemente.
En por México al Frente hemos convocado a un debate nacional sobre y los desaparecidos y el fracaso de la justicia en México.
Sabemos que la base para combatir este problema está en las reformas profundas al modelo de procuración de justicia y en la depuración de las policías municipales. Para ilustrarlo, estamos a un clic de distancia: la desaparición de los tres italianos en el municipio de Tecalitlán en Jalisco.
Por confesión de los policías involucrados en la desaparición, sabemos que el crimen organizado tiene cooptada a la policía municipal y que ellos mismo entregaron a los ciudadanos italianos a la delincuencia. Es decir, el grave problema de infiltración de los cuerpos policiacos.
No podemos enfrentar el problema de los desaparecidos si no tenemos una estructura policial medianamente confiable.
Al igual que en Iguala, los mismos policías son los responsables de vender a hombres y mujeres que tienen precio para la delincuencia organizada. De acuerdo con Edgardo Buscaglia, especialista en crimen organizado y corrupción política, en siete de cada 10 municipios, sus policías municipales están infiltrados en nuestro país.
Es urgente que los gobiernos estatales y municipales comiencen a depurar a fondo las policías, si no estamos a años luz de las soluciones.
Los desaparecidos es un grave problema de seguridad pública y seguridad nacional. En Jalisco, tercer lugar nacional, debe pasar a ser una prioridad absoluta. Y no se combate endureciendo las condiciones en materia de seguridad como propone la inconstitucional Ley de Seguridad Nacional, sino reformando a las policías y recuperando a las instituciones facultades para resolver los ilícitos y defender a las y los ciudadanos.
Exigimos que pronto se nombre a un fiscal especializado y que se avance para dotar de autonomía a la Fiscalía General. Sólo con instituciones confiables saldremos de la crisis de desapariciones que vive Jalisco.
