Unidad y nacionalismo de salario mínimo

guero2CAVILANDO ANDO/Alfonso García Sevilla

Desde su llegada a la Casa Blanca y con un discurso decimonónico propio de la Doctrina Monroe Donald Trump viene a «despertar» el nacionalismo mexicano y a manifestar una «unidad» estéril y que poco o nada contribuye a que las cosas mejoren dentro de nuestro país.

Trump se convierte en el «Masiosare» de nuestro himno nacional, el extraño enemigo que atenta contra la soberanía nacional al querer obligarnos a pagar un muro fronterizo, deportar connacionales, gravar las remesas y renegociar el TLC.

El mandatario gringo es el objeto de nuestro desprecio y como bueno patriotas nos unimos mediante el uso de banderas tricolores en nuestros perfiles de redes sociales, publicaciones que resaltan nuestro carácter solidario y bravío y tuits para denostar a Trump.

Me recuerda a las grandes manifestaciones que durante años se han llevado a cabo en nuestro país para protestar en contra de la inseguridad, el matrimonio igualitario, el derecho de los niños a tener una familia «convencional» y más recientemente el gasolinazo y que han aglutinado a cientos de miles de mexicanos.

Marchas y protestas que en nada han contribuido, ni contribuirán a solucionar los conflictos que conllevan la nueva realidad de las relaciones bilaterales con Estados Unidos.

Vamos ni siquiera han contribuido a que las cosas cambien en México donde los problemas de inseguridad, corrupción, impunidad, crisis económica, devaluación, inflación, pobreza se agudizan sin tener una solución pronta y de raíz.

Mientras que sea el odio por la afectación en el bolsillo, como en el reciente gasolinazo, o el repudio a creencias generales, como el matrimonio igualitario y la «defensa de los derechos de los niños» lo que nos motive a unirnos para expresar nuestro repudio las cosas NO cambiarán.

Se requiere iniciar con un proceso de crear ciudadanía, de saber y cumplir nuestras obligaciones para de la misma manera exigir nuestros derechos.

Desde lo más sencillo que es mantener las calles limpias hasta organizarnos para obligar a las autoridades al buen uso de los recursos públicos.

Debemos dejar de ser una masa amorfa hepática para dar paso a una colectividad ciudadana pensante y organizada.

Por cierto en febrero viene otro aumento a la gasolina y al gas, Virgilio Andrade regresó al gabinete de Peña Nieto, a Rodrigo Medina lo dejaron enfrentar su proceso en libertad y Duarte sigue libre.

Hay que dejar de ser candiles de la calle y ocuparnos en resolver la oscuridad en casa.

Analista político

@aagsevilla

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