Sexualidad y adolescencia: el reto

 

VARGAS-AVATARRAÚL VARGAS DIXIT/Raúl Vargas

Más de 400,000 adolescentes se embarazan en México cada año, de ahí que la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), este año nos ubique en el primer lugar en el mundo en el tema del embarazo adolescentes. Los números suelen ser contundentes cuando se habla de las actividades de la juventud.

En Jalisco, el 40.6% de las adolescentes embarazadas afirman no haber deseado encontrarse en esa situación.

La cifra, nos indica que poco más de la mitad de jóvenes mujeres que se encuentran en etapa de gestación, enfrentarán la maternidad sin el gozo ni preparación mental y afectiva que supondría para cualquier mujer este proceso.

En el caso particular de esta entidad, desde hace un par de años las proyecciones para el abordaje de esa problemática desde las instituciones de salud estatales plateaban dos planos nada alentadores.

Por un lado, se sabía por mediciones de tendencia que para el 2016 habría un incremento de casos de embarazo adolescente.  De los más de 20,000 alumbramientos ocurridos en la ciudad, el 27% de ellos era en mujeres menores de los 20 años.

La medición a la alza la dio la Secretaria de Salud Jalisco (SSJ), esto bajo el argumento de que Jalisco atraviesa desde hace unos cinco años, por una de las curvas de crecimiento en la población adolescente más grandes en la historia. Por lógica se deriva que si había un incremento en el número de jóvenes adolescentes, por ende el número de embarazos en ese rubro aumentaría también.

Ante ese panorama, la SSJ al lado de otras instituciones como la Secretaria de Desarrollo Social (Sedesol) o el Instituto Nacional de Desarrollo Social (Indesol) invirtieron una cantidad no determinada –pero fácil de suponer- para imprimir 7,500 trípticos informativos en los que se difundieron los derechos sexuales de las adolescentes.

Hablamos pues de que en el año 2014, instituciones como Sedesol Jalisco, que en el presupuesto de egresos  de la federación del 2014, para el gasto corriente recibieron $225, 807, 322.00 millones de pesos, de los cuales sólo atinó invertir una mísera cantidad de ese capital para contribuir en la edición 7,500 trípticos; cantidad infame para una problemática de dimensiones monumentales.

Son estos datos que dan cuenta sobre el desequilibrio en la inversión institucional para atenuar fenómenos como el embarazo adolescente, los que nos permiten ver que dicha problemática más que un asunto de disolución axiológica juvenil, es un tema de pésimas estrategias de inversión, de una pobre visión de estado ante asuntos que en buena medida definen el bienestar de amplios sectores sociales.

El segundo plano de reflexión al cual nos referíamos al inicio de este texto tiene que ver con la contundente realidad de que Jalisco esta rezagado estratégicamente en la prevención de embarazos adolescentes.

Simplemente es sabido que a nivel legislativo, el tema del embarazo adolescente solo se toma de manera superficial en la Ley de los Derechos de las Niñas, los Niños y Adolescentes.

No se ha construido en nuestro estado al día de hoy, un andamiaje de pesos y contrapesos que nos permita actuar como sociedad de manera mas asertiva en el curso de esa problemática.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ubica como adolescentes a las niñas y niños de los 10 a los 19 años de edad. Guadalajara tiene al día de hoy una media de nacimientos que rebasa los 32 mil nacimientos por año, y de éstos, uno de cada 10 ocurren en mujeres menores de 19 años.

Es por ello que Jalisco sigue siendo uno de los estados con mayor incidencia en el número de muertes de adolescentes en el proceso de embarazo.

En los últimos 14 años, nuestra entidad ha registrado cerca de 900 defunciones de jovencitas cuyos embarazos han sido malogrados. En ese panorama, es importante considerar la escolaridad y la marginalidad de las fallecidas, esto porque la tendencia señala que a una condición mayor de carencias educativas y económicas, las posibilidades de un fatal desenlace se incrementan.

El problema del embarazo adolescente adquiere dimensiones colosales ante las cifras generadas este año del 2016 sobre la actividad sexual de la juventud jalisciense, en las que se advierte que de dos millones y medio de jóvenes en nuestro estado, el 42% ya ha tenido relaciones sexuales.

Como se ve, el panorama es más que complejo como reto para nuestras instituciones, máxime si revisamos los escuetos registros de los planes gubernamentales para enfrentar este fenómeno a lo largo de la última década. Es norma para los buenos estadistas que en el tema de las políticas públicas es el impacto de las estrategias institucionales el que se debe medir, para desde ahí ir modificando lo que no ha funcionado.

Este modelo de autorregulación es lo que le permite a un gobierno irse perfeccionando a la vez que ir proyectando mejores planes para enfrentar las problemáticas sociales.

Una buena planeación que resulta de todo un aparato de mediciones, es lo que permite la innovación, la creatividad.

Sin embargo y en el caso de los magros resultados del gobierno del estado ante el fenómeno de la fecundidad adolescente, es evidente que durante años no ha existido esa estrategia de autorregulación, o al menos el estancamiento institucional en el tema, de eso nos habla.

Es una ironía que aún viviendo  en la era de la información virtual, no se utilicen debidamente estos instrumentos tecnológicos para informar y formar un buen inicio de la actividad sexual de miles de nuestros jóvenes jalisciense

Presidente PRD Jalisco

@VargasLopezRaul

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