Exposición explica los trastornos de Van Gogh

Van Gogh

 

La víspera de Nochebuena de 1888, Vicent Van Gogh se cortó una oreja tras una fuerte discusión con su admirado Paul Gauguin, un suceso que marcó profundamente al artista holandés cuya condición psicológica empeoró en el año y medio que le restaba antes de acabar con su vida de un disparo. Esto podría haberse quedado en una anécdota truculenta se ha convertido en un símbolo del lado más oscuro del pintor, que poseía un talento tan desbordante como lo era su fragilidad mental, en la que el Museo Van Gogh de Amsterdam ahonda en la muestra “Al borde de la locura”.

 

“Su enfermedad todavía continúa planteando preguntas y ha generado muchas especulaciones”, señala la comisaria de la exposición, Nienke Bakker, quien recalcó que las obras del pintor “no deben ser vistas como el resultado de su enfermedad, porque pintó a pesar de ella”. Van Gogh sufría ataques que le afectaban varios días y se llegaban a prolongar durante semanas, durante los que se encontraba en un estado delirante y completamente confundido, sin saber lo que estaba haciendo y sin poder trabajar, explica Bakker.

 

En uno de estos intensos momentos de manía, Van Gogh se cortó la oreja izquierda, pero no solo el lóbulo como se ha sostenido durante más de un siglo, sino prácticamente todo el apéndice, que entregó a una sirvienta y no a una prostituta, como se dice popularmente. Así lo atestigua un dibujo realizado por Felix Rey, el doctor que atendió al holandés tras el incidente, en una carta que ha sido recientemente descubierta por la investigadora Bernadette Murphy y que se expone en la muestra.

 

Rey fue retratado por Van Gogh en uno de los lienzos que realizó tras regresar del hospital, cuando también dejó constancia de su mutilación en dos autorretratos con la cabeza vendada en los que el artista trataba poco a poco de “reconstruir los pedazos de su vida”, según Bakker. “Después de su regreso a casa desde el hospital le interesaba hacer hincapié en su propio entorno y en la identidad, como si buscara tierra firme y tratara de encontrarse a sí mismo de nuevo”, explicó.

 

La exposición incluye diversas piezas artísticas, documentos y objetos que permiten profundizar en los últimos 18 meses de vida del artista, un recorrido que contradice la idea de que las creaciones de Van Gogh eran producto de su locura. “Uno de los mayores malentendidos sobre Van Gogh es que el arte era producto de su enfermedad o de su locura. Esto no era así”, recalcó la comisaria.

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