Sanguijuelas plurinominales

CESAR IÑIGUEZ AVATAR

TRIBUNA/César Iñiguez

El desgaste de la clase política en el país tiene un punto de coincidencia, un punto en el que se concentra el mayor desprestigio, más que en ayuntamientos, gobiernos estatales y cualquier otra dependencia; los congresos.

Los diputados sufren de una imagen sumamente desgastada con acciones que se han ganado a pulso; por excesos, gastos y derroche; en contraparte poca productividad y muy poco beneficio para la población.

En apariencia, los diputados producen poco y cuestan mucho; este fenómeno ocurre en los dos niveles, estatal y nacional; las cámaras de las diferentes entidades federativas del país tienen casos de abusos y excesos, no se diga a nivel nacional; en ambos casos, participan muy de cerca los diputados plurinominales.

Los diputados plurinominales propuestos por lista de los partidos políticos mantienen una oligarquía de poder, familias y grupos enquistados en la cámara baja, que trascienden legislaturas y generaciones.

Los diputados plurinominales, esos que llegan gratis sin el voto directo de los ciudadanos, pareciera que ocupan un espacio necesario en el congreso, porque se supondría, está destinado para los personajes experimentados y que son necesarios en el ejercicio legislativo, sin embargo, hemos visto grandes desilusiones.

Nos asombramos de la imposición como Diputada Federal a la actriz Carmen Salinas Lozano, la misma que con lenguaje florido ofende a sus detractores, quienes le cuestionan su capacidad y su trabajo como legisladora, pero ¿de qué nos asombramos?

Ese es el resultado del privilegio que tienen los partidos en imponer diputados a través de una lista, sin el escrutinio popular; algunos partidos presentan este tipo de personajes por cumplir compromisos políticos con sectores de la población, sin importar el perfil, el trabajo y los antecedentes de quienes ocupan las curules.

Los diputados plurinominales, con sus pocas excepciones, son la fiel muestra de los representantes populares, que no representan a los ciudadanos, sino a los partidos, a grupos específicos y oligárquicos de poder.

Los legisladores “pluris”, son el fiel reflejo del hartazgo de la población, personajes que viven con excesos y privilegios, que no le rinden cuentas a nadie, sino al grupo que los llevó al espacio que ostentan; personajes que tienen la ligereza de decirle a los ciudadanos que les cuestionan su trabajo que «no la hagan de pedo», aunque no han cumplido con lo básico que corresponde a su trabajo.

De qué nos extrañamos, hasta que no se eliminen los plurinominales, propuestos por los partidos políticos, las cosas serán diferentes.

Analista político

Twitter: @CesarIniguezG

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