LA MÉNDIGA OLIGARQUÍA/Esteban Garaiz
Dice Alejandro Gómez Levy, Presidente de Mexicanos Primero en Jalisco, entrevistado por Jaime Barrera, que “hubieron en Jalisco 16 mil postulantes, de los cuales 4 mil quedaron”.
Al parecer el maestro de sintaxis del otrora niño Alejandro no fue oportunamente sujeto a evaluación; y no le enseñó que el verbo haber, en el sentido de existencia, tiene un hipotético sujeto gramatical, siempre en tercera persona del singular; y que los citados postulantes, en este caso, constituyen el complemento directo, y no el sujeto de la oración.
Aparte del disparate gramatical, en todo caso, en la visión de la organización Mexicanos Primero parecería que la gran deficiencia del sistema educativo, o escolar, mexicano se reduce a la falta de evaluación de los maestros en funciones; y no a la estructura del sistema mismo.
Que debe cumplir y poner en práctica los principios rectores de todo sistema educativo republicano basado en los derechos esenciales de la persona humana: universalidad, gratuidad cabal y, por supuesto igual calidad para todos los menores sin excepción.
Con la única aceptable atención especial para quienes se encuentren en alguna circunstancia de desventaja, como puede ser la de los niños y niñas rurales o de lengua materna diferente a la oficial del Estado.
Es el Estado mexicano, y no los maestros, el que está bajo cero en su obligación primordial de ofrecer escolaridad de calidad para todos sin excepción. Empezando por las condiciones materiales; y, del mismo modo, de tener escuelas normales formadoras de los maestros, responsables directas de su calidad profesional, ahora claramente deficiente.
El miserable estado de muchas escuelas en el país reproduce, desde el gobierno y su pésimo régimen fiscal, las graves desigualdades que arrastra nuestra sociedad desde la Colonia y el Porfiriato.
Una visión auténticamente republicana, en sentido contrario de la asociación empresarial, es la del diputado Guillermo Martínez Mora, ex secretario de Educación en Jalisco.
Dice Martínez Mora: “Cuando se hizo el proyecto de Ley de Educación, yo proponía que se iniciara con 20 por ciento dentro del Presupuesto para que se fuera a escuelas de menos recursos y se dejaran de cobrar las cuotas a los padres de familia; iniciando por las que menos tienen”.
En efecto: para acabar con la aberrante práctica de las cuotas “voluntarias”, contraria a la gratuidad, lo primero que tiene que hacer la autoridad es incluir en el presupuesto el monto necesario, ahora en cero pesos, y absolutamente prioritario para que todos los niños y niñas tengan una escuela decorosa y con servicios sanitarios, que son parte sustantiva de su educación y de su dignidad como personas humanas.
@Egaraiz
