ESCAMOCHA/José Díaz Betancourt
Pues si, a estas alturas el escalonamiento de horarios para reducir la aglomeración de usuarios del transporte público de la ZMG fracasó y aunque no es una idea nueva y de hecho así está diseñada desde hace muchos años de forma digamos natural en Guadalajara: los de la industria de las 5 a las 7 am junto con universidades y afines, las empresas y gobiernos de las 8 a las 9 ; el comercio de las 9 en adelante, la necesidad de esta pandemia exigía, al menos, una mayor definición de esos lapsos.
Y es que en eso consiste la resiliencia, en adaptarse de verdad a cambios radicales, esos precisamente, eran los horarios que tendrían que haberse modificado porque las unidades han sido insuficientes históricamente durante ellos, sin contar los regresos por la tarde y las horas pico. Son los cambios que las grandes ciudades con gobernantes decididos y superiores ciudadanos demandan.
Por el momento, como van los acontecimientos no existe capacidad de cambio ni la imaginación para plantear una modificación que realmente nos lleve a protegernos aportando voluntad y sacrificio para frenar de tajo los contagios derivados del transporte público.
Urge un análisis drástico de como los transportistas usan los subsidios del estado, para definir porque no son capaces de modificar las frecuencias y de garantizar la asepsia y las medidas de mitigación del Covid en los pasillos de sus camiones si la conclusión es la necesidad de más apoyos, el estado debe garantizar su aplicación.
En diversas ciudades del mundo han obtenido resultados muy eficientes aplicando medidas valientes como trabajar un día sí y otro no, incluso hasta por semanas escalonadas. El objetivo es que los camiones no circulen llenos.
Pilón
El ritmo funesto de desaparición de personas en Jalisco no ha disminuido ni con la pandemia. La aparición de fosas tampoco.