TRIBUNA/César Iñiguez
Ahora que se acerca la renovación de la dirigencia del PAN en Jalisco, muchos panistas en el estado nos hacemos la pregunta sobre las cualidades y virtudes que debe tener quien encabece los esfuerzos del partido en el estado.
La última reforma a los estatutos trajo consigo un nuevo método de elección de nuestros dirigentes, y será para este próximo 29 de noviembre cuando más de 37 mil militantes tendremos, por primera ocasión, la oportunidad de elegir al que será nuestra o nuestro presidente estatal.
Hoy, los militantes mediante el voto individual y directo podremos ejercer este derecho.
Los tres candidatos que se presentan para la dirigencia estatal son virtuosos y trabajadores, pero hay una que destaca particularmente por sus características.
Es el caso de Faviola Martínez, quien tiene como uno de sus principales méritos ser una militante destacada, una mujer incansable, forjada en el PAN del trabajo y no del privilegio; formada como panista de a pie, que conoce el sentir de la militancia con la que la ha vivido en cada proceso.
Faviola Martínez es, como decía Carlos Castillo Peraza, una panista forjada entre nosotros, una panista silvestre, panista del engrudo, de la barda, del volante y de la casilla; una panista hecha en el trabajo, que sabe lo que el PAN necesita para enamorar de nuevo a la ciudadanía.
Faviola Martínez no heredó el PAN en la cuna, no es panista de invernadero, se ha formado en cada proceso, conoce a la militancia y conoce al PAN, sabe la ruta que deberemos de seguir para acabar con la lejanía y el letargo en el que hemos caído.
Se necesita una dirigencia con visión estratégica, cambiante en las formas de hacer política pero acercada a sus principios y la doctrina; adaptable a las necesidades sociales y aplicante de nuestras plataformas ideológicas, para ofrecer una alternativa real a los problemas de nuestra comunidad.
Hoy, debemos de pensar que la ruta que hemos seguido no ha sido la adecuada; basta el ejemplo de que hace nueve años ganábamos todos los espacios posibles en los tres niveles de gobierno y en los dos poderes bajo elecciones democráticas, gracias a la confianza de la gente; hoy las cosas no son así.
Hoy, a nueve años de distancia, no sólo no ganamos algunos distritos por ejemplo, sino que perdemos prácticamente todos, producto del desencanto de la gente y la mala evaluación de algunos funcionarios propuestos en los gobiernos del PAN en el ejercicio del poder.
Se requiere un cambio, pero no sólo para ganar por ganar, sino para acercarnos a lo que el PAN ha ofrecido desde sus inicios, con principios y filosofía; con formación de cuadros, capacitación, con vida y estructura interna, para ser una verdadera opción de gobierno en la búsqueda incansable del bien común, en esta brega de eternidad.
Por eso creo, que Faviola Martínez debe ser la presidenta del PAN en Jalisco.
