Menguar a Elba Esther

POLÍTICAMENTE INCORRECTO/Carlos Maguey

 

Luego de 10 días de haber asumido la presidencia de la República, Enrique Peña Nieto ha presentado diversas acciones que dibujan cuáles serán sus prioridades: ha hablado de continuar con parte de las políticas de seguridad del ex presidente Calderón; ha mostrado propuestas en materia de austeridad como el anuncio de reducción de nómina burocrática; ha esbozado las líneas del desarrollo humano que seguirá su secretaria Rosario Robles; pero sin duda su principal apuesta la ha enfocado al tema de la educación.

La estrategia ha sido tan notoria, que el académico Ricardo Raphael la bautizó como el “quiñazo del siglo 21” en franca referencia a la detención de Joaquín Hernández, La Quina, el ex líder del sindicato petrolero, ocurrido durante los primero meses del mandato de Carlos Salinas de Gortari. La referencia fue tan bien recibida, que en la mayoría de los medios así se ha retomado.

Desde la presentación del gabinete presidencial y al anunciar las primeras acciones del Presidente Peña Nieto, se ha visto la intención de intervenir en el sistema educativo y en la forma en que ahora es regido de forma acotada por las autoridades educativas, pues la dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, el SNTE, ha sido en realidad quien ha tomado la mayor parte de las decisiones al respecto.

Es por ello que pareciera que Peña Nieto logró un acuerdo conveniente: pues los dirigentes de las principales fuerzas políticas en el País, PRI, PAN y PRD, han avalado, al menos en estos primeros 11 días, las propuestas presidenciales.

Y claro que no es difícil, pues la estrategia de buscar enemigos comunes a todas las fuerzas políticas, los ha hecho coincidir. PRI y PAN se han aliado con Elba Esther y les ha ido mal. A todos les ha cobrado facturas muy altas en poder, durante el sexenio anterior no sólo se le pagó con puestos en la Secretaría de Educación Pública, como el nombramiento de subsecretario de Educación Básica que tenía su yerno Fernando González; sino con el control sobre el ISSSTE y la Lotería Nacional.

Justo la semana pasada se designó titular del ISSSTE y quedó claro que ya no es Elba Esther quien tomará decisiones dentro de ese sistema de salud.

Con estas decisiones, el SNTE está siendo debilitado, pero hay que acotar el modo, pues a mí me parece que es un debilitamiento a la buena.

Es decir, que existe el acuerdo de no llegar a más, de convertir esta reforma en una cacería, sino en ir quitando poder de decisión a la dirigente de los maestros, pero sin quitarle el sindicato, lo que le permitirá a ella y a sus allegados seguir teniendo control, sólo que ser irá reduciendo gradualmente hasta quedar sólo limitado a la operación del SNTE, lo que no es poca cosa, pues sigue siendo el sindicato más grande del país y de toda América Latina.

Seguramente es una forma de llegar al acuerdo, que su dirigente acepte que le sea control político que hoy ostenta, a cambio de conservar mucho de su poder y sobre todo, su libertad.

Si la reforma se concreta tal como va, con el voto de todos los partidos, será un triunfo para todos, pero principalmente para el gobierno priista poder lograr la negociación. Pero todavía faltaría que las evaluaciones y los ajustes propuestos, sean verdaderos, pues sí sólo se le quita el control discrecional a un dirigente, para dárselo a otro actor o grupo político, entonces estaremos en las mismas, sin que los ciudadanos resultemos beneficiados de esta estrategia.

Pero para que sea efectiva esta estrategia, debe ser retomada en los estados, no sólo en lo legal y formal, sino en la estrategia de no conceder control y poder político al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.

Así que lo lógico es que a Jorge Aristóteles Sandoval Díaz no entregue la Secretaría de Educación a ninguno de los líderes incondicionales a Elba Esther Gordillo. Y ya ampliando la estrategia, también sería conveniente evitar que se le entregue a los afines a la Universidad de Guadalajara, pues de otra forma, se estaría cambiando de un grupo de poder a otro.

Es posible que como secretario, a partir de marzo, se nombre a un maestro, quizá perteneciente a la UdeG o al mismo SNTE, pero que no sea incondicional de éstos, pues hacerlo así, representaría un contrasentido con la estrategia de Enrique Peña Nieto.

Hasta ahora la Secretaría de Educación en Jalisco, primero con Miguel Àngel Martínez y luego con Antonio Gloria Morales, ha tenido una relación de cooperación con el SNTE, pero lo cierto es que la forma en que hasta ahora se encuentra la normatividad, ha impedido que haya una evaluación más amplia de los maestros, o que ésta tenga repercusiones positivas.

La reforma, si se concreta, será gracias a las principales fuerzas políticas, aunque se le deberá reconocer su mérito al Gobierno de Peña Nieto, pero lo importante realmente, será concretarla y convertirla en una estrategia para mejorar la educación en México.

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