Con apoyo de National Geographic Society, científicos trabajan con corales ramificados del género “Pocillopora” para, posteriormente, fijarlos en arrecifes cercanos
Investigadoras e investigadores del Centro Universitario de la Costa (CUCosta) de la UdeG trabajan en la implementación de viveros submarinos en las costas jaliscienses, en los que se siembran corales del género Pocillopora para que éstos crezcan en condiciones controladas y luego adherirlos en sustratos naturales.
Estos viveros marinos se encuentran en primera fase y surgen como una alternativa para mitigar la disminución de la cobertura de coral, producto del blanqueamiento y mortandad masiva del año pasado, explicó la doctora Alma Paola Rodríguez Troncoso, investigadora del Laboratorio de Ecología Marina del CUCosta.
Indicó que esta técnica, denominada “viverismo”, consiste en sembrar fragmentos de coral en estructuras submarinas para que se desarrollen en entornos sin competencia y tengan un mayor índice de supervivencia antes de ser trasplantados a sustratos naturales.
“Lo que estamos haciendo es simplemente dándoles una mayor oportunidad a un proceso de sujeción y de reproducción que tienen de manera natural”, señaló.
“Es una estrategia que se utiliza principalmente en la región Caribe. Tenemos diferentes condiciones ambientales y eso genera un reto para poder mantener este tipo de estructuras”.
Los viveros albergan al menos tres especies del género Pocillopora, y están instalados en varios puntos de la Costa Sur de Jalisco; fueron diseñados para contar con características que los protegieran del embate de tormentas tropicales y huracanes.
Rodríguez Troncoso subrayó que aún se desconoce en qué momento se podrán trasplantar los corales; sin embargo, una vez que se muestren resultados se podrán sentar las bases para replicar este experimento en más puntos de la costa jalisciense.
“Les vamos a dar seguimiento durante todos estos meses y evaluaremos en qué punto podemos empezar a trasplantar, o si tenemos que hacer algún tipo de cambio”, afirmó.
Este proyecto cuenta con financiamiento de National Geographic Society y también participan el doctor Adolfo Tortolero, del Instituto Tecnológico de Bahía de Bandera y los investigadores Enrique Godínez Domínguez y Jeimy Santiago Valentín, del Centro Universitario de la Costa Sur (CUCSur). Así como el doctor Amílcar Leví Cupul Magaña, del CUCosta y estudiantes de posgrado del Laboratorio de Ecología Marina.
Constructores de arrecifes
Rodríguez Troncoso agregó que los corales del género Pocillopora tienen una amplia distribución y son los principales constructores arrecifales de la región.
Para este proyecto, y para otras técnicas de restauración previamente aplicadas, se utilizaron fragmentos de oportunidad de los corales que se obtuvieron de forma natural y no a través de la fragmentación de colonias adultas y sanas, explicó. Es decir, se recolectaron fragmentos de coral que se desprendieron de sus colonias como consecuencia del oleaje o algún factor como tormentas.
“De los arrecifes coralinos obtenemos muchísimos recursos, desde alimento, protección a la costa, arena para las playas; son sumideros de dióxido de carbono; entonces, todo lo que hagamos de manera continua por los arrecifes va a ser beneficioso para la humanidad”, enfatizó.