La artista tapatía Lorenza Aranguren presenta muestra compuesta por obras pictóricas, cerámica y textil en el MUSA, del 12 de julio al 20 de octubre
Una escalera puede convertirse en el mayor miedo de alguien que está atravesando un proceso de recuperación, luego de una situación que comprometió su salud. Algo tan usual puede transformarse en una adversidad compuesta de fragmentos de imágenes de edificios, ruedas de la fortuna, árboles secos, cables que cuelgan de postes; pedazos de la ciudad.
Este tipo de sentires son el resultado de una confrontación que la artista tapatía Lorenza Aranguren presenta en In situ, una muestra de arte abstracto que se exhibe en las salas 8, 9 y 10 del Museo de las Artes (MUSA) de la Universidad de Guadalajara, del 12 de julio al 20 de octubre.
“Es una exposición que comprende obra en papel, grabado, monotipo, collage, óleo, textil. En esta muestra hablo sobre silencios, la saturación, estar in situ, estar presentes”.
“Tuve un problema de salud y las escaleras se volvieron una obsesión, una fobia; entonces, por todos lados aparecen escaleras, las muestro recortadas, perdidas. Trato de hacer la imagen no tan evidente”, contó Aranguren.
Sobre una pieza de cerámica que está montada en una de las paredes, en forma de escalera, explicó que de hecho cuenta con una imagen impresa del montacargas que tiene en su taller. “Es la alegoría del montacargas que se hizo escalera; es, finalmente, un elevador que se hizo escalera”, relató.
La muestra está integrada por 60 piezas. En la serie de pinturas al óleo, que tienen al color azul como predominante, Aranguren alude a geometrías donde el realce es el lado izquierdo. Ella explicó que esto es así porque tras su problema de salud vive con una secuela en ese lado del cuerpo.
“El arte ayuda muchísimo, me acabó de sanar el preparar todo esto y manifestarlo también, porque a veces es difícil manifestar lo que te está pasando. Sobre el color azul no lo pensé mucho, al analizarlo vi que llevaba a una cuestión más espiritual, es un color que yo no usaba mucho y empecé a explorarlo”, relató.
“Sólo uno de los cuadros azules está titulado, los demás los tengo como parte de la serie In situ; está titulado Renacer y es un resurgimiento mío en lo físico y seguramente también en mi trabajo”, añadió.
En una de las obras, en la primera sala, se puede admirar un cuadro con vestigios de una persona que camina entre un ruido visual monocromático. “En esta primera sala de tres parto de imágenes concretas y las trato de abstraer, aunque en esta ocasión quise intervenirlas de alguna manera y esconderlas un poco para dejar en evidencia los pasos que da un hombre que va siempre hacia adelante como símbolo de que tienes que avanzar en la vida”.
Precisó que no se trata de fotografías en sí, sino de imágenes pasadas a placas que luego fueron impresas. “No hay nada digital, todo está hecho en mi taller”, confesó.
“Espero que el espectador empatice, que se lleven la idea de que siempre pueden lograr las cosas; que se lleven la idea de que se es un caminante que va hacia adelante y siempre pensar que puedes lograr las cosas”, compartió.
En la tercera sala de la muestra se exhibe una serie de tapices creados por artesanos textiles mexicanos, que de igual forma muestran escenas urbanas recortadas y alineadas en formas de mosaicos. “Están hechos de diseños de los grabados. Es increíble cómo hacen trazos en dibujo, pero encima tejen”, dijo.
Durante la inauguración de la muestra, la Directora del MUSA, maestra Maribel Arteaga Garibay, se dijo honrada de que en el recinto se exponga el trabajo de la artista tapatía, “quien explora el arte gráfico, cerámica y textil, pero también quien ha sabido sobreponerse de las adversidades de la vida”.