Participan en Fil Pensamiento, periodistas, activistas y politólogas, quienes coincidieron en que la violencia contra la mujere no se banaliza ni se trivializa
Un grupo de mujeres líderes periodistas, activistas y analistas, saltaron de un círculo íntimo al espacio público para denunciar la violencia, impulsar la agenda de género y las implicaciones de las mujeres en los espacios de toma de decisiones.
Ellas participaron en el Encuentro Internacional de Gobierno y Sociedad Civil “Las encrucijadas del mundo en la era del miedo. Irrupciones y disrupciones: la feminización de la política», en el marco del programa Fil Pensamiento .
La escritora, investigadora, académica, traductora, guionista y conductora del noticiero Así las cosas en W Radio, Gabriela Warkentin, introdujo el tema y preguntó primero a la politóloga Denise Dresser cómo se formó el grupo de amigas y profesionales autonombrado «Las Bravas».
La tambien editorialista del periódico Reforma, Denise Dresser, relató que el grupo de profesionistas denominado «Las Bravas» nació de un ejercicio popular en redes sociales que, en lugar de elegir hombres influyentes, eligió mujeres que tienen en común talento y un carácter indómito y crítico, y la discusión de la agenda de género.
«Ante el cuestionamiento incesante en el universo de las redes de la sobrerrepresentación de la violencia a las mujeres, por el físico, por la edad, preferencia sexual, por la identidad política, prevalece la pluralidad en el grupo de mujeres para discutir y deliberar», dijo la analista política.
Dijo que las mujeres se asumen como feministas, una circunstancia que hace algunos años todavía mostraba resistencias, aunque la violencia, el feminicidio, el acoso sexual en su contra, permanece.
La periodista columnista de la revista Sinembargo, El Heraldo de México, El Universal y Reforma, así como corresponsal para la unidad de investigación en Univisión, Peniley Ramírez, dijo que la prensa a veces no critica a las mujeres en el poder para no afectar sus batallas ganadas.
«No las juzguemos por su cercanía con el jefe, sino por sus decisiones en el poder: como mujeres estamos en el poder y no tenemos que ser juzgadas con infantilismo, y que no se les critique de manera dura o congruente porque son mujeres en el poder», aseveró.
Agregó que el papel de las mujeres sin cargos de poder pero en el ejercicio de sus derechos, han librado batallas como «sexting” no desde el poder, sino desde las mujeres víctimas, lo mismo leyes y presupuestos para la búsqueda de desaparecidos: mujeres que luchan y que ejercen su poder
La ex Diputada Federal y Senadora Suplente, Martha Tagle, denunció los tropiezos en contra de las mujeres para participar en la vida pública.
«Es el espacio donde se puede generar la transformación sin la opinión ni visión de las mujeres y por eso, se reconoce la participación de las mujeres, pero traducirlo en una realidad al involucrarse en las decisiones públicas, no sólo donde los hombres mandan», subrayó.
La reportera, columnista política y activista por los derechos de las personas con discapacidad, Katia D’Artigues, se refirió a la voz de las mujeres acalladas para complacer a sus jefes o equipos de trabajo, una omisión importante en el ejercicio de un poder que podría aplicar en el caso de la precandidatas.
“¿Qué tanto son ellas? ¿Qué tanto es quien es Xóchitl y Claudia y qué tanto quedan bien con sus jefes y equipo de trabajo?”, cuestionó la activista.
En el mismo tópico, la analista de discursos políticos, Jaina Pereyra, dijo que en la participación política de las mujeres importa que tengan una voz, una agenda feminista y de género para ocupar espacios de representación.
«Hay condicionantes de género que señalan que no pueden estar las mujeres. La llegada de las mujeres al espacio de decisiones públicas hace más democrática la representación en un congreso donde no sólo deben estar los señores trajeados», afirmó.
