México vive un buen momento en la producción cinematográfica

Especialistas dialogan acerca del futuro de la industria audiovisual en México y Latinoamérica, en el marco del FICG38

México vive el momento de mayor producción cinematográfica en su historia; incluso, mayor al que se vivió durante la llamada Época de Oro entre las décadas de los años 30 y 50 del siglo pasado, lo que lo coloca como uno de los países más prolíficos en América Latina, afirmó la Directora del Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine), María Novaro, durante su participación en el panel “El impacto económico de las industrias audiovisuales”, en la edición 38 del Festival Internacional de Cine en Guadalajara, que se celebra en el Conjunto Santander de Artes Escénicas del Centro Cultural Universitario (CCU), de la UdeG.

Dijo que, por segundo año consecutivo, en 2022 esta dependencia alcanzó una cifra récord de películas realizadas. 2021 y 2022 han sido años “en los que se produjo más cine que nunca en toda la historia del cine mexicano”.

“El indicador que siempre hemos usado es el número de largometrajes en el año, y por segundo año consecutivo estamos en 259 largometrajes en un solo año, es una cifra récord, es una producción grande, poderosa, que nos sitúa como uno de los países que más producción cinematográfica tiene. Los números coinciden porque hay una cifra correlativa a eso en el número de cortometrajes y otro tipo de productos audiovisuales”, explicó Novaro.

Añadió que aunque hay buenos indicadores, aún falta saber cuántos de esos productos audiovisuales se están viendo y si los mexicanos están teniendo acceso a ellos para generar un diálogo y mayor conocimiento de nuestra realidad y diversidad cultural.

La Directora del Taller del Chucho, Angélica Lares, afirmó que el país vive un buen momento en cuanto a la producción de cine, especialmente Jalisco con la generación de proyectos de animación y stop motion que están permitiendo la formación de nuevos valores y talentos.

Para que esto pueda fortalecerse, dijo, se requiere de una formación enfocada en los jóvenes, para que puedan tener las habilidades que necesitan ante las exigencias de producciones internacionales. Otra de las claves es acercarse a la industria privada, para que entiendan el valor que tiene esta formación y quieran involucrarse.

“Es un momento muy interesante el que estamos viviendo y que debemos saber aprovechar con todos los incentivos que se están comenzando a dar, y creo que si lo hacemos vamos a tener un futuro interesante en México”, agregó.

Recordó que desde el año pasado el Taller del Chucho, donde fue realizada una parte de la película ganadora del Oscar, Pinocchio del realizador Guillermo del Toro, tuvo un ciclo de cursos con expertas y expertos en diferentes áreas de la animación para ofrecer a las y los jóvenes cineastas y animadores no sólo el contacto con quienes ya han desarrollado una carrera, sino de aprender de su experiencia.

En la charla moderada por el representante de Netflix, Pierre Emile Vandoome, Alejandra Luzardo, líder en innovación y creatividad en el Banco Interamericano de Desarrollo, declaró que a partir de 2015, cuando las plataformas comenzaron a invertir en América Latina, ha habido un crecimiento no sólo en los proyectos creados desde esta región, sino también un mayor desarrollo de la industria del sector audiovisual. Tan sólo en Colombia hubo un aumento de 15 por ciento de producciones audiovisuales entre 2009 y 2019.

Consideró que es importante conjuntar esfuerzos entre sectores económicos para lograr el fortalecimiento y convertir a los países en un bloque de producción audiovisual.

 

“El futuro está en el poder trabajar en equipo, no ver solamente al sector audiovisual como que sólo es parte de la cultura, sino que es parte de muchas dimensiones que necesitamos imaginarnos, cómo podemos crear de alguna manera oportunidades para los jóvenes y para aquellos que están en la industria, y seguir convirtiendo a Latinoamérica en un hub (centro) del audiovisual. Tenemos la más grande oportunidad como nunca antes la hemos tenido. La diferencia es cuánto invirtamos en las personas”, concluyó.

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