Reviviendo el pasado

CAMBIO Y ACCIÓN

Claudia Murguia

 

La ideología de un dictador, se ve determinada cuando las formas de proceder son la imposición, la destrucción de instituciones, la voracidad por el control total, la compra de voluntades y la imposición obligada de sus aduladores para seguir manteniendo el poder.

Los actos de un indocto tienen como resultado el descontrol, retraso y fracaso de la política pública que debe respaldar el crecimiento social de un pueblo, el deterioro de las instituciones y la nula competencia en materia económica no solamente del país, sino de la economía global.

El problema se vuelve aún más complicado, cuando un gobierno es dirigido por un dictador indocto, el cual pone en riesgo no solamente el fracaso de su administración, sino el destino de los gobernados.

México vive un retroceso en materia económica y en desarrollo social.

La evidencia es totalmente clara, los índices de desarrollo se encuentran allanados, la pobreza junto con la inseguridad han aumentado considerablemente, la corrupción está desbordada y el Palacio Nacional se ha convertido en un circo donde diariamente el mesías morenista sale a dar un espectáculo de magia y fantasía, para después irse a descansar mientras el país se hunde en la inseguridad, desempleo y pobreza.

Parece claro el mensaje, se debe cubrir el fracaso de la mal lograda 4T, se debe dar continuidad al proyecto de gobierno para cubrir los errores, fracasos y mentiras que se han incrementado en estos cuatro años de gobierno morenista.

Por encima de la Ley el presidente se ha propuesto garantizar la continuidad de su control por medio de sus allegados, quien resulte ungido, deberá cubrir los errores que se han cometido, tratar de resolver los posibles y obtener el control de las instituciones que hacen falta. Por ello, y ante la urgencia de garantizar la continuidad en el poder, la voracidad en morena ya es más que visible.

No hay nada diferente en la forma de gobernar del partido oficial, fueron muchas promesas de cambio pero no entendimos que el mensaje, definitivamente era un cambio de los logros alcanzados por la alternancia a las viejas prácticas monopólicas impuestas durante tantos años por el oficialismo gubernamental.

El control de los gobiernos se ejerce por medio de amagos y compromisos, las dadivas -por no llamarlo compra de votos- se incrementaron de manera considerable en esta administración, el acarreo se ve compensado -a quien participa- por el pago del día, la torta y el transporte todo con cargo al erario público.

La corrupción, el desvío de recursos y los discursos oficialistas prevalecen de manera desbordada.

Añorar el control de todo y destruir las instituciones que no favorecen los intereses de un gobernante es una clara manifestación dictatorial.

La creencia de tener razón en todo sin medir consecuencias y evadir el fracaso con mentiras es el reflejo de un verdadero gobernante indocto.

Recordemos una frase romana que dice: «Los hombres son como los vinos: la edad agria los malos y mejora los buenos». Vivimos en un país donde el actual gobierno ha revivido el pasado de una forma muy agria.

Coordinadora del GPPAN en el Congreso de Jalisco

@ClaudiaMurguia_

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