ESCAMOCHA
Pepe Díaz Betancourt
Los despidos recientes en el Poder Judicial son solo una demostración tímida, de una dinámica de abusos, un régimen de dominación y opresión dictados desde una esfera de poder externa a esa soberanía.
Es un hecho sin precedentes desde la larga historia de intervenciones políticas, partidistas y caciquiles en el Poder Judicial porque se han agudizado los castigos, la discriminación, la marginación y el miedo, vamos ahí falta como en la casa del herrero: la justicia.
El control es tan completo que para pedir permiso hay que solicitar audiencia, la gobernabilidad propia en esa esfera no existe y tiene matices distintos desde cada rama, en lo penal, mercantil, familiar, etc, la importancia y posibles dividendos de los asuntos que ahí se dirimen, tienen dueño.
Las figuras judiciales se controlan desde despachos externos, se mueven en terrenos muy acotados donde cualquier paso en falso puede llevar al despido o al destierro como ocurrió a distintos jueces antes del despido masivo de marras.
El tema es complejo y es tal el amasijo de corruptelas, amiguismo y dominación que gran parte de los asuntos que nos afectan como sociedad se acrisolan en el perol de la injusticia, por eso la frase que le adjudican al tema como el peor momento de la historia del Poder Judicial del Estado de Jalisco no le queda grande.
PILÓN
¿Y quién va a imponer una sanción al Poder Ejecutivo y al Legislativo por haber aprobado en contubernio, un presupuesto plagado de imprecisiones y juego de uso de recursos arropado por la discrecionalidad y la injusticia? Que no sólo arrolló a la Universidad si no a muchos otros temas urgentes en Jalisco.
