La historia detrás de la copa Jules Rimet

En las primeras horas del 16 de octubre de 1956 moría el hombre que soñó y creo los mundiales de futbol, ese día se apagaba la vida de Jules Rimet.

Nacido en Theuley, Francia, el 14 de octubre de 1873, mientras estudiaba abogacía se relacionó con el naciente deporte del futbol, aunque no como jugador sino como árbitro y dirigente.

En 1897, junto a sus mejores amigos funda el club «Red Star FC de Saint Ouen», que presidió hasta que en 1919 se crea la Federación Francesa de Futbol, de la que fue el primer presidente y a su vez su representante ante la FIFA.

En 1921 fue elegido como presidente del máximo organismo del futbol, de inmediato se propuso llevar el deporte a todos los rincones del planeta y a hacerla igualitaria, para ello eliminó las ventajas y handicaps que ostentaba Inglaterra, indignados abandonaron la asociación hasta 1946.

En 1926 produjo la reestructuración del organismo y del deporte, lo vinculó con medios de comunicación y lo transformó en un producto negociable, para ello tenía que ofrecer algo que vender, nacían «Los Mundiales».

El revolucionario y ambicioso plan consistía en una competencia a nivel global cada 4 años, con eliminatorias continentales y una ronda final organizada por un solo país, esta sede debía ser rotativa o alternada. Para la primera edición de 1930 Rimet eligió personalmente la sede, se la otorgó a Uruguay por ser los campeones olímpicos de 1924 y 1928.

Para premiar al ganador, Rimet se puso al frente del diseño de una «Copa», ordenó que se hiciera un trofeo totalmente en oro, se lo encargó al artesano francés Abel Lafleur con la instrucción que tuviera la imagen de «Nike», la diosa griega de la victoria, estuvo listo en abril de 1929.

Por ser el primer campeonato de la historia era de esperar que se produjeran inconvenientes, debido a las largas distancias y los altos costos de traslado se suponía que no se completarían los 16 cupos se decidió por única vez que no hubiera clasificaciones sino invitación directa.

El éxito de los mundiales de «Italia 1934» y «Francia 1938» colocaron a Rimet en la cima del mundo, sin embargo el estallido de la segunda Guerra Mundial pospuso todos sus sueños, sabiendo que la copa de oro era una moneda de cambio y un trofeo político decidió protegerlo, y la mejor manera era que no estuviera ni en la sede del organismo ni en su poder, durante el conflicto estuvo escondido 12 años bajo la cama del doctor italiano Ottorino Barassi, vicepresidente de la FIFA.

El regreso de los mundiales en 1950 le trajo a Rimet una de sus anécdotas mas curiosas, organizado por Brasil, el local se encaminaba a paso firme hacia la coronación, el día de la final estaba todo orquestado para que el país fuera una fiesta.

Previo al partido final, Rimet dio a la banda la partitura del himno brasileño y solo escribió un discurso en Portugués, cuando terminó el partido, emergió del túnel del árbitro y se encontró con un estadio totalmente en silencio, la banda sin tocar nada y 11 uruguayos abrazados en el centro del campo, sin saber que hacer le entregó disimuladamente la copa a Obdulio Varela y se fue del Maracaná.

En agradecimiento a su aporte al futbol todos los dirigentes de la FIFA decidieron bautizar el trofeo con su nombre «Copa Jules Rimet».

El 16 de Junio de 1954, en Lausana, presidió la ceremonia de apertura de la Copa del Mundo «Suiza 1954», ese fue su último acto oficial como presidente de la FIFA, 5 días después renunció al cargo. Rimet murió en las primeras horas del 16 de octubre de 1956.