Brasil, a segunda vuelta electoral

PUNTO CRÍTICO Gabriel Torres Espinoza

 

De acuerdo con los reportes preliminares de las elecciones en Brasil, con el 99.73% de las casillas computadas (preliminares, aún), el 48.36% de los votos, esto es 57’039,125 votos fueron emitidos en favor del candidato de izquierda, Luis Fernando Lula da Silva (Partido de los Trabajadores).

Mientras que el 43.25% de los votos, un total de 51’022,022 votos, fue la cifra que alcanzó su más cercano competidor, el derechista Jair Bolsonaro (Partido Liberal).

La tercera fuerza electoral en Brasil (Ciro Gómez), apenas alcanzó el 4.16% de los votos, algo así como 4’911,871 votos.

De forma que, como ningún candidato logró el 50% más uno de los votos, el sistema electoral brasileño prevé una segunda ronda electoral o “ballotage”, fijada para el 30 de octubre del 2022.

En principio se puede advertir de esta elección, que la derecha en Brasil, está mucho más fuerte de lo que preveían las encuestas, pues la diferencia en los resultados de la primera vuelta fue de apenas de ¡cinco puntos porcentuales!

En especial en São Paulo, lugar en el que el presidente Bolsonaro superó todos los pronósticos de las encuestas. Lo que es ya una realidad, es que en el hipotético caso que Lula ganara en segunda ronda electoral, enfrentaría una oposición considerable, ya que el partido liberal ha ganado un número de escaños importantes en amabas cámaras.

Otro dato importante a leer en esta primera vuelta, es que, aunque el aumento de las preferencias electorales hacía pensar que el Partido de los Trabajadores, que postuló a Lula, podría ganar en primera vuelta -cosa que no ocurrió-, sí parece que se estaría modificando una práctica del sistema político brasileño: que el presiente en turno siempre ha ganado la reelección.

De confirmarse los resultados en una segunda ronda electoral, Jair Bolsonaro sería el primer presidente en perder la posibilidad de reelegirse. Vamos. Incluso Dilma Rousseff (2014) logró reelegirse, a pesar de lo gris de su primer mandato y del creciente rechazo popular a su gobierno.

Como dato a destacar se advierte que una de las casusas que le podría estar pasando mayor factura al aún presidente de Brasil (Bolsonaro), durante estas elecciones, fue su reiterada retórica misógina, en un momento histórico donde el feminismo resulta, seguramente, el movimiento social más relevante del siglo 21.

Además, la política de Bolsonaro de darle rienda suelta al acceso a las armas de fuego, se ha recibido como un agravio entre los sectores más vulnerados de la población, donde se encuentran el mayor número de votantes.

Bolsonaro ha gastado cifras inéditas de recursos durante esta campaña electoral. Pero su apuesta al dinero, como factor diferenciador en la elección, parece no haberle dado los resultados esperados, al menos durante esta primera ronda electoral.

Brasil va a una segunda roda muy polarizada, con riesgos fuertes de violencia, pues el 25 por ciento de los seguidores de Jair Bolsonaro, y él mismo, muestran una tendencia anticipada a desconocer los resultados si es que no les favorecen en las urnas.

Bajo esta polarización, se antoja difícil que los electores brasileños estén dispuestos a modificar significativamente el sentido de su voto. En todo caso, el fiel de la balanza podría ser quienes el día de ayer votaron por la tercera o cuarta fuerza electoral: Ciro Gomes y Simone Tebet (más cercana a Lula que a Bolsonaro).

Como ayer lo destacó el diario ‘El País’ (Oliver Stuenkel): “en las últimas catorce elecciones libres y justas en la región, el presidente o el candidato oficialista perdió”.

Director Gral. de la Operadora SURTyC de la U de G

@Gabriel_TorresEs

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