Los paradigmas de las ciudades y las metrópolis

PUNTO CRÍTICO

Gabriel Torres Espinoza

 

Los pasados días 22, 23 y 24 de agosto, la Universidad de Guadalajara fue sede de la Cumbre Internacional del Hábitat de América Latina y El Caribe (CIHALC) 2022, un especio de discusión auspiciado por nuestra Casa de Estudios, ONU-Hábitat y la Secretaría de Relaciones Exteriores, con el propósito de discurrir la agenda global de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, de cara al 2030, con una ‘perspectiva desde lo local’, esto es, desde las ciudades.

Al respecto habría que decir que el contexto social y gubernativo que acreditan las urbes, en nuestros días, resulta a todas luces desafiante, aleccionador y complejo.

Esto porque es indubitable la evidente ‘transterritorialidad’ de los principales problemas de la vida pública, como la seguridad, el cambio climático, la gestión del agua, la contaminación medioambiental, el desarrollo urbano, la movilidad, la recolección y disposición de los residuos sólidos, así como el ordenamiento territorial y su debida sostenibilidad, y un larguísimo etcétera.

De forma que se ha complicado y problematizado la gobernación de las ciudades y las metrópolis.

Es importante advertir que el quid de la cuestión, de esta ineludible situación, se expresa de manera nítida en las metrópolis, una creciente realidad socio-urbana, que termina por coexistir con disfuncionales divisiones político-administrativas y jurisdicciones limítrofes-territoriales, para así evidenciar el nocivo anacronismo de las decimonónicas estructuras y diseños institucionales del poder, el gobierno y, en buena medida, de la administración pública.

Todo ello, ha incidido en una clara y nociva deficiencia e insuficiencia de los gobiernos para dar respuesta a problemas públicos que son cada vez más complejos, como señala Luis F. Aguilar.

Así pues, un signo distintivo o característico de nuestros tiempos es el fenómeno de híper-concentración poblacional en áreas urbanas y zonas metropolitanas.

De acuerdo con la ONU, en 2018, el 55% de la población mundial residía en asentamientos urbanos, y se prevé que para, el año 2050, este porcentaje ascienda al 68%. No obstante, en nuestro país, el contexto es aún más desafiante de acuerdo con INEGI, toda vez que, actualmente, el 65% de la población nacional reside en 74 zonas metropolitanas.

Por otro lado, francamente nos encontramos muy lejos de discutir y debatir los más importantes paradigmas de gobernabilidad y gobernación en las ciudades y las metrópolis, como: la ‘gentrificación’; la ‘turistificación’; el ‘derecho a la ciudad’; las ‘ciudades esponja’; la ‘resiliencia de las ciudades’ frente a desórdenes climáticos y emergencias sanitarias globales; la ‘vitalidad de los datos en las ciudades’ o ‘los datos vivos de las ciudades’ derivado de los paradigmas tecnológicos del 5G, el Internet de las Cosas, el Big Data y la Inteligencia Artificial; la ‘micromovilidad’ en las urbes que tiene como caso emblemático el creciente uso del scooter eléctrico [acá los gobiernos aún se encuentran inmersos en la viabilidad de los ‘mototaxis’]; las ‘ciudades inteligentes’; el ‘metabolismo’ de las ciudades; la ‘naturación urbana’; las políticas públicas planteadas como ‘soluciones basadas en la naturaleza’; así como la paradiplomacia y el multilateralismo de las ciudades, parecen hoy más una quimera o entelequia en el discurso y actuar gubernamental.

Mientras tanto, en el AMG los problemas más importantes que se discuten y aquejan se relacionan con la perniciosa ‘judialización’ del ordenamiento territorial, en donde jueces y magistrados planifican y definen los usos de suelo a través de sentencias corruptas que convierten en más caóticas a las ciudades (¿?).

O bien, con el inexplicable, creciente, deficiente e ineficiente ‘concecionismo’ de los servicios públicos municipales en manos de empresas privadas —como ocurre con Caabsa, p. ej.—. No se diga de la terrible gestión del agua bajo el reduccionista, simplista, antiquísimo y particularmente corrupto enfoque basado en la excesiva construcción de presas que quedan inconclusas, cuando, además, éstas acreditan estar cada vez más secas, por mencionar tan sólo unos ejemplos.

Director Gral. de la Operadora SURTyC de la U de G

@Gabriel_TorresEs

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