CAMBIO Y ACCIÓN
Claudia Murguía
Son muchas las irregularidades en las que está cayendo el partido que gobierna nuestro país en materia de los procesos electorales. Una de ellas, es promover el posicionamiento de manera anticipada de quienes buscan aspirar algún cargo de elección popular.
Aquellas expresiones que hacen los aspirantes para ganar terreno de manera interna en su partido, así como exponer sus propuestas, pretender ganar simpatías entre sus simpatizantes, convocar a eventos masivos justificándolos con «temas relacionados a su trabajo dentro del gobierno» y en donde hablan de sus aspiraciones y la continuidad de los proyectos de gobierno, entre otros más, son claramente actos anticipados de campaña los cuales, son temas prohibidos y sancionados por la ley mientras no existan los tiempos legales para realizarlos.
Mucho se habla de democracia la cual, debe ser entendida como la forma en que los ciudadanos tienen la posibilidad de elegir a quienes habrán de representarlos desde el poder legislativo y el ejecutivo, con ella, se logra la defensa de la soberanía y el derecho que tiene la ciudadanía para decidir y demandar lo que vaya en contra de acciones que atraigan un beneficio en común para la sociedad, lo contrario a esto se denomina dictadura.
Dentro de los actos que realizan los dictadores está la desaparición de las instituciones encargadas de llevar a cabo, regular y controlar los procesos electorales.
Desarticular estos organismos autónomos y pretender establecer los propios, con reglas y ordenamientos impuestos por el régimen que ejerce el poder, es la forma más clara de querer llevar al país a un estado de autocracia y tiranía, donde no exista más ley y más control que el establecido por el propio dictador.
En México hoy enfrentamos una crisis democrática marcada por el autoritarismo y la violación a los principios legales en materia electoral.
Los destapes de aspirantes del partido oficial en México han iniciado de manera ilegal, las mentadas «corcholatas» del presidente se encuentran recorriendo el país realizando una clara campaña política con mira las elecciones del 2024, sin importarles violentar la ley, ya que se encuentran bajo el cobijo del primer mandatario, quien ha dejado ver sus intenciones de reformar la ley para desaparecer al árbitro electoral, argumentando pérdida de confianza y olvidando que fue el propio Instituto Nacional Electoral (INE) quien organizó y reguló la elección del 2018 de la cual, él resultó electo como presidente de la Nación.
Claramente López Obrador está dejando ver sus intenciones antidemocráticas y dictatoriales. Su autoritarismo refleja que el respeto a la ley es algo que él no conoce, que los principios y valores democráticos para él no existen, que el control y la imposición son reflejo de su ideología política, de ahí que su urgencia por posicionar a quien, según él, habrá de sustituirlo en el próximo proceso electoral es inminente.
No hay que descartar la posibilidad de que en su corto estado mental, surja la idea de la reelección, esto por no importarle el respeto a las instituciones ni a la ley y por ello, no estaríamos lejos de creer que para López Obrador reelegirse podría ser posible.
