Por Eugenia Barajas
Fue una promesa de ambos mandatarios mexicanos, el saliente y el entrante, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, que la transición se dará «lo más tersa posible, en un entorno de estabilidad política y económica y que la ciudadanía no se vea afectada por un proceso de carácter administrativo».
En las escalinatas de la residencia oficial de Los Pinos, los presidentes, electo y en funciones dieron sendos mensajes luego de la primera reunión oficial, tras la validez y entrega de constancia de presidente electo de Peña Nieto y donde informaron que abordaron distintos temas, entre ellos las sólidas bases económicas, políticas y de seguridad, que constituyen un importante punto de partida para la siguiente administración.
«Reitero el llamado que hice en mi 6° Informe de Gobierno, para que todos los mexicanos respaldemos en lo esencial al próximo Presidente de la República, al presidente electo, más allá de cualquier diferencia política o ideológica, reitero que un presidente necesita de la colaboración de todos los mexicanos para sacar adelante al país.
Como presidente y como ciudadano le deseo éxito al presidente electo y a su gobierno, hago votos para que en el futuro se impulsen las reformas que México necesita para consolidarse como la nación próspera que todos queremos».
Por su parte Peña Nieto mencionó que la transición le facilitará la información detallada y el acceso a expertos en la administración pública federal y permitirá, con los diagnósticos de lo que llevarán a cabo, cumplir los objetivos de campaña y las expectativas de lo que requiere la sociedad.
«Agradezco la disposición del presidente por el inicio de los trabajos de esta transición, que sin duda dan cuenta y acreditan el avance democrático que nuestro país hoy tiene y que la renovación de la titularidad en el poder ejecutivo se dé de manera ordena transprente y en clara y señalada estabilidad para todo el país».
