EFE.- Apenas una semana después de la autoproclamación de Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela, Pedro Sánchez emprenderá este martes un viaje a la República Dominicana y México, dos países que han adoptado posiciones distintas ante la crisis venezolana.
Sánchez, que reconocerá la legitimidad de Guaidó si Nicolás Maduro no convoca elecciones antes del 3 de febrero, se reunirá el martes en Santo Domingo con el presidente dominicano, Danilo Medina, que apoya a Guaidó, y el miércoles lo hará con el mexicano Andrés Manuel López Obrador, que reconoce a Maduro, aunque apuesta, junto con Uruguay, por una tercera vía de diálogo dentro de la comunidad iberoamericana.
Fuentes de la Moncloa han confirmado que la crisis de Venezuela figura en la agenda de las reuniones bilaterales que Sánchez mantendrá con Medina y López Obrador y que la posibilidad de «hacer cosas conjuntamente» va a estar encima de la mesa.
También aseguran que hay sintonía entre el presidente español y el nuevo mandatario mexicano y confían en que de su intercambio de ideas puedan surgir «iniciativas constructivas, que involucren a la región y que se hagan en beneficio del pueblo de Venezuela».
La decisión de la Unión Europea de crear un «grupo de contacto» formado por países europeos y de la región para promover el diálogo entre el Gobierno y la oposición en Venezuela será una de las iniciativas que Sánchez planteará tanto a Medina como a López Obrador.
El presidente español trasladará a estos que para la UE y para España lo más importante es que en Venezuela haya elecciones libres y democráticas, con observadores internacionales, porque lo mejor para el pueblo venezolano es que elijan ellos a su presidente y que haya una salida pacífica, dialogada y política a la situación del país.
Una posición que Sánchez considera compatible con la exigencia de diálogo y de «no injerencia» de México, cuya postura es casi una excepción en América Latina, donde la gran mayoría de países ha reconocido a Guaidó.
Con su visita, Sánchez se convierte en el primer presidente al que recibe López Obrador desde su toma de posesión el pasado 1 de diciembre.
Juntos ofrecerán una conferencia de prensa el miércoles día 31 y suscribirán varias declaraciones conjuntas, entre ellas una que se titula «México y España, unidos por la historia y comprometidos con el cambio».
En la Moncloa señalan que desde el primer momento ha habido una «sintonía enorme» entre los que son dos de los principales líderes progresistas en Europa y América Latina.
Para Sánchez, América Latina es una de sus grandes prioridades y México es un país fundamental, que este año celebra el 80 aniversario de la llegada del exilio español.
En esta celebración centrará el presidente español una parte de su visita, con actos como la conferencia que pronunciará en el prestigioso Colegio de México bajo el título «México, tierra de acogida. 80 años del exilio español».
Con él viajarán la ministra de Justicia, Dolores Delgado, y la de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, así como numerosos empresarios con intereses allí, ya que otro de los objetivos de Sánchez es poner en valor a las empresas españolas ante el nuevo presidente mexicano.
Por eso, representantes de 25 grandes empresas españolas con presencia en territorio mexicano asistirán al almuerzo que tendrá lugar el miércoles en el Palacio Nacional, junto a sus homólogos de ese país.
Además, Sánchez celebrará un desayuno al día siguiente con más de un centenar de los 6.200 empresarios españoles establecidos en México para escuchar sus inquietudes.
Según datos del gobierno, España es el segundo país inversor en México, después de EE. UU. (8,500 millones de euros en 2017), mientras que México es el quinto inversor en España.
