Exhiben en Argentina el Cadillac de Perón

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BUENOS AIRES (AFP) – El Cadillac descapotable adquirido en 1955 por el general Juan Domingo Perón, expresidente y figura histórica de la política argentina, fue restaurado y presentado este martes en el Museo Casa Rosada, en Buenos Aires, donde será exhibido de forma permanente.

«Restauré autos importantes, Rolls-Royce, Jaguar, autos valiosos, pero éste me deslumbró», comentó a la AFP Luis Spadafora, presidente del Museo del Automóvil, que llevó adelante la reparación del clásico vehículo a pedido del gobierno.

Si bien Perón -tres veces presidente- fue quien dio la orden de compra, nunca llegó a disfrutar del Cadillac. Antes de que le fuera entregado, el mandatario fue derrocado por un golpe de Estado en septiembre de 1955.

Para devolverle su belleza de antaño al vehículo que se encontraba estacionado en un galpón de la casa presidencial, la Fundación del Museo del Automóvil contó con la colaboración voluntaria de más de 30 especialistas.

Desde la pintura exterior hasta el tapizado de las butacas, el Cadillac volvió a ser el vehículo que era cuando salió de la estadounidense General Motors.

«Es el auto más importante que tenemos. La historia no se puede borrar y este auto tiene historia», señaló Spadafora, quien participó en el acto de presentación en el museo, encabezado por el secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis.

El Cadillac atravesó generaciones de líderes, dictadores y presidentes constitucionales que hicieron del vehículo el uso que Perón no pudo.

Hasta tuvo al volante al expresidente de Venezuela, Hugo Chávez, quien en su visita a Argentina en el año 2006 disfrutó del Cadillac por los jardines de la Quinta de Olivos, junto al entonces ministro de Planificación argentino.

«Este auto es anti grieta», dijo Spadafora, que con ese término se refirió a la división que existe actualmente entre los argentinos kirchneristas y antikirchneristas (por los ex presidentes Néstor Kirchner y Cristina Fernández).

«Pedí venir cada quince días, un mes. A ver si lo podemos mover, ponerlo en marcha y que se mantenga vivo, que es nuestro afán», dijo el restaurador, que no está listo para despedirse de aquella joya de época.

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