Trump y su equipo menospreciaron y “caricaturizaron” EPN

verguenza

 

Dos importantes seguidores de Donald Trump estrenaron, la noche en que el magnate regresó de Ciudad de México, una nueva gorra para lucirla junto con la tradicional del candidato republicano que lleva la leyenda Make America Great Again (“Hagamos grande a Estados Unidos otra vez”). Rudy Giuliani, ex Alcalde de Nueva York, y el Senador de Alabama Jeff Sessions, portaron ambos la nueva gorra con la leyenda: Make Mexico Great Again Also o “Hagamos grande también a México otra vez”, publica hoy SinEmbargo.

 

La gorra se la pusieron mientras esperaban el importante discurso de Trump sobre inmigración, en Phoenix, el miércoles por la noche, luego del encuentro con el Presidente mexicano Enrique Peña Nieto. La gorra, que tuvo repercusión en las redes sociales, no estaba en venta en la página web del candidato, de acuerdo con Associated Press. Las gorras tuvieron que ser hechas antes de que Trump regresara de su viaje a México. La influyente publicación The New Yorker lo calificó como una burla, un menosprecio para el Presidente mexicano.

 

“Al frente de sus gorras, tanto Rudolph Giuliani, el ex Alcalde de Nueva York, como el Senador Jeff Sessions, de Alabama, llevaban la leyenda ‘Hagamos grande también a México otra vez’ cuando presentaron a Trump en la manifestación en Phoenix. Con esto, Peña Nieto, o una versión caricaturizada de la que él (el Presidente de México) fue cómplice, ha quedado escrito en el libro de cuentos de Trump como otra persona a la que ha menospreciado, pero a la cual supuestamente iba a salvar. En Phoenix, Trump añadió a esa lista [de menospreciados] a ciudadanos negros y latinos, a quienes llamó víctimas de la inmigración. Al mismo tiempo, no se disculpó por sus insultos”.

 

No sólo fue Peña Nieto el burlado esa noche. Un despacho de The Associated Press dijo: “‘Apabullados’. ‘Decepcionados’. ‘Confundidos’. Algunos líderes hispanos que han estado asesorando a Donald Trump dicen que se sienten traicionados después de escuchar su largamente esperado discurso sobre inmigración, que descarta definitivamente un camino hacia el establecimiento de estatus legal para gente que vive en el país sin permiso del gobierno. Trump estuvo cerca de pedir la deportación masiva de millones de personas que no han cometido delitos, más allá de sus violaciones a las leyes de inmigración. Pero el candidato presidencial republicano descartó además una “amnistía” y dijo que quienes quieran vivir legalmente en Estados Unidos necesitarán salir y formarse en la fila de espera en sus propios países.”

 

“La gente sabrá que no se puede entrar de contrabando, agazaparse y esperar a ser legalizado”, dijo Trump en su duro discurso de la noche del miércoles. “Esos días se acabaron”. El lenguaje tomó desprevenido a un grupo de líderes religiosos y empresariales hispanos que han estado asesorándolo, a menudo enfrentando críticas de sus propias comunidades. En reuniones a puertas cerradas y a través de llamadas telefónicas, Trump había dado a muchos la impresión de que estaba preparado para suavizar su postura sobre inmigración en momentos en que intenta cortejar a votantes más moderados de la elección general y mejorar su situación entre hispanos y otras minorías.

 

Ahora, algunos creen que Trump los engañó. “Habemos varios que nos hemos aventurado a tratar de, al menos, razonar con él, y eso nos ha dejado confundidos y decepcionados”, dijo Tony Suárez, vicepresidente ejecutivo de la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano, quien ha estado entre quienes han presionado a Trump para que modere su postura.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.