Los altos niveles de contaminación y el estrés se suman a los ya conocidos factores de riesgo como la obesidad, la diabetes y la hipertensión para sufrir un infarto. De acuerdo con expertos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), tanto el estrés como la contaminación, sobre todo en situaciones de contingencia ambiental, pueden ser el detonante de un ataque cardiaco en personas que ya tienen algún otro factor de riesgo.
Con la contaminación y en las contingencias disminuyen los niveles de oxígeno en la atmósfera y el oxígeno es primordial para la oxigenación de todas las células, incluyendo las del corazón, entonces esto podría incrementar el riesgo de un infarto”, explicó el doctor Efraín Arizmendi, director del Hospital de Cardiología del Centro Médico Nacional Siglo XXI, pública hoy Excelsior.
La doctora Gabriela Borrayo, directora médica de la UMAE del Hospital de Cardiología del Centro Médico Nacional Siglo XXI, detalló que un infarto es la muerte de las células del corazón por la obstrucción de una arteria coronaria por grasa y coágulo.
Especialistas del IMSS presentaron los resultados de la estrategia Código Infarto, cuyo propósito es garantizar el diagnóstico y tratamiento oportuno del paciente que demanda atención de urgencias por infarto agudo de miocardio en los primeros 90 minutos.
Aseguraron que gracias a la estrategia se evitaron 200 muertes de derechohabientes en el último año, al reducirse a la mitad el tiempo de espera para la atención.
