Aplanan zona arqueológica con aval del INAH

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Entre 250 y 300 metros cuadrados de vestigios arqueológicos, relacionados con la cultura teotihuacana, que existieron en el municipio de Tlaltizapán, Morelos, fueron arrasados con maquinaria pesada para permitir la construcción de una carretera federal. La destrucción de las ruinas, construidas entre el 200 y 300 de nuestra era, fue realizada con la autorización del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el cual argumentó que antes se encargó de recuperar la información arqueológica existente en el lugar.

Pedro Francisco Sánchez Nava, coordinador Nacional de Arqueología, afirmó que “sería irresponsable de nuestra parte” conservar los vestigios al aire libre dado que se trataba de estructuras “inestables” que fueron afectadas hace 10 años por lo que previamente se decidió llevar a cabo trabajos de exploración arqueológica para posteriormente permitir a la constructora Aldesa continuar con la obra a pesar de que eso implicó arrasar con los vestigios.

Es una tarea que no es fácilmente comprensible, el excavar en cualquier circunstancia ya implica alterar el contexto, por eso era importante hacer registros muy puntuales, de otra manera no conoceríamos lo que ahí hubo”, afirmó el funcionario. Sánchez Nava minimizó la importancia de las estructuras: “habría que definir qué es una estructura, puede ser desde una hilada de piedras” y afirmó que los arqueólogos sólo rescataron piezas de cerámica y lítica y no entierros como afirman los pobladores del municipio.

En videos y fotografías captadas por los propios habitantes de la región y disponibles en la red social Facebook bajo el perfil “Despierta Tlaltizapán”, es posible constatar las maniobras que realizó un trascabo para arrasar completamente con los vestigios. El tramo fue destruido para ser utilizado como un trecho de la Autopista Siglo XXI que unirá los puertos de Veracruz y Acapulco.

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