Por Eugenia Barajas
Ya se abrieron las casillas en 15 estados, pero lo peculiar en esta ocasión es la cantidad de animales que han sido postulados para competir con los humanos en una sátira política y en un hastío por el incumplimiento de promesas y corrupción de los mismos.
Los nombres de los gatos Morris, que fue el primero en aparecer como aspirante a la alcaldía de Xalapa, con un extraordinario equipo de publicistas detrás y una campaña en redes sociales que dio la vuelta al mundo; otros felinos que se sumaron fueron Muffin, que se postula por la alcaldía de Orizaba y Bodoque quiere una regiduría; Tita que busca la presidencia municipal en Misantla; Peluzza, que contiende en Cerro Azul; y Tito, que se postula en Cosamaloapan. También Puebla tiene su candigata, de nombre Maya.
Otros animales, como perros son Titán, para Oaxaca; Oliverio, el alcalde perrón para Torreón.
Una gallina, Tina busca ser alcalde en Tepic y el burro Chon va por Ciudad Juárez.
¿Que pasará si alguno de ellos gana en las urnas?
Y no porqué oficialmente les anulen los votos los institutos electorales de cada estado al no ser candidatos oficiales o tener el respaldo de un partido, sino por la decisión ciudadana, por el desprecio a los candidatos que imponen los partidos para ser votados y que no llenan las expectativas de la población.
¿Cuál será el siguiente paso de aquellos que están detrás de esas mascotas que hicieron campaña a la par de los aspirantes oficiales?
Se convertirán en un gobierno espejo, en visores ciudadanos, en oposición; porqué no es simplemente ironizar, ya se convirtieron en referente político y la población que los siguió esperará que no desaparezcan del panorama, sino que mantengan activas sus propuestas de campaña.
