Defienden al INE frente a reforma electoral que atenta contra la democracia mexicana

El Consejero Presidente, Lorenzo Córdova Vianello y Exconsejeros presidentes del IFE abordan los alcances de la iniciativa durante foro en Paraninfo Enrique Díaz de León

Quienes han presidido el Instituto Federal Electoral (IFE) y el actual Instituto Nacional Electoral (INE) charlaron sobre las implicaciones de la reforma que impulsa el gobierno de México para dicho organismo constitucional autónomo.

Esto, durante el panel “La importancia del INE para garantizar elecciones libres y equitativas en México”, que se realizó este lunes como parte del Foro internacional “En defensa del INE y de la democracia mexicana”, realizado en el Paraninfo Enrique Díaz de León de la UdeG.

Con el pretexto de abaratar la democracia en el país cambiando al INE por un instituto nacional electoral y de consultas (INEC) y desapareciendo los organismos electorales locales para concentrarlos en el INEC de forma centralista, entre otras, la propuesta de reforma que abandera el Presidente Andrés Manuel López Obrador, busca restar autonomía y pluralidad al instituto, señalaron los expertos.

La Exconsejera Presidenta del IFE, María Marván Laborde, indicó que el INE es “una piedra angular de la democracia que hemos construido los mexicanos desde hace 40 años”.

“La reforma es autoritaria porque por primera vez se presenta una reforma de gran calado no consensuada, que pretende reformar el sistema electoral mexicano alterando la forma de representación en el país, eliminando a diputados de mayoría relativa y dejando sólo 300 diputados de representación proporcional”, declaró.

“Es indispensable garantizar la suficiencia presupuestaria del INE, pues no puede llevar a cabo las elecciones con todos los requisitos que impone la ley. Disminuir su presupuesto no es sólo debilitarlo, también se debilita el corazón de la democracia mexicana”, dijo.

Recalcó que desde 1990 a 2014 cada una de las reformas electorales se ha gestado a partir del consenso de la participación de todas las fuerzas políticas, “pero siempre, lo que se presenta a las cámaras, es el resultado de una deliberación democrática. (Entonces) Es una reforma para construir un sistema autoritario”, subrayó Marván Laborde.

E indicó que se quiere sujetar la elección de consejeros y consejeras a los intereses políticos de una elección.

El Exconsejero Presidente del IFE, José Woldenberg, aseguró que será difícil que sea aprobada esta reforma, incluso con los partidos políticos aliados a Morena.

“La reforma invita a la destrucción de lo construido y que ha complido con su función. Con esta reforma, en su lugar sólo había un instituto nacional de elecciones y consultas y un tribunal, acabando con la autonomía de las instituciones electorales”, recalcó.

“Se busca alinear a las instituciones, incluso como si no fuéramos una república federal. La visión centralista define a la administración actual. Se perderán las destrezas y conocimientos adquiridos (en los últimos 32 años)”, externó.

El Exconsejero Presidente del IFE, Luis Carlos Ugalde, dijo que “lo que está en juego en este embate contra el INE es la construcción de una democracia de tipo liberal, que ha sido zigzagueante, pero con todo y deficiencias ha tenido una ruta progresiva”.

“López Obrador ha usado estas reglas para acceder al poder, y una vez instalado ahora desafía a los principios de esta democracia representativa. El mayor desafío de esta democracia joven, con deficiencias, es que la concepción de que la democracia es un instrumento para controlar al poder se quiere desmontar”, resaltó.

Dijo que más allá de que se quiera cambiar la narrativa democrática, recomendó que se debe difundir cómo el INE contribuye a cuidar de los valores democráticos, y eso se debe hacer desde las universidades, los medios y la sociedad civil en “una campaña empática para hablar de las necesidades de la gente y la necesidad de controlar el abuso del poder (mediante la democracia)”, alentó.

“No es suficiente que la reforma del gobierno será rechazada –agregó–, se debe ganar la batalla de las conciencias”.

El Exconsejero Presidente del IFE, Leonardo Valdés Zurita, recordó que antes del INE y del IFE, cuando el partido hegemónico gobernaba (el PRI), había dos instituciones muy controladoras del proceso electoral, “eran los colegios electorales, que autocalifican la elección de los diputados y los senadores y la Comisión Federal Electoral, que organizaba las elecciones a partir de los deseos electorales”.

“En la reforma de 1996 desaparecieron los colegios electorales y se creó el Tribunal del Poder Judicial de la Federación para hacer la calificación no política, sino jurisdiccional de las elecciones –declaró Valdés Zurita–. También se le dio autonomía plena al Consejo Electoral del IFE, y se creó un sistema de financiamiento público que permitió a los partidos políticos competir en términos de equidad en las elecciones”.

De tal manera que se cayó en cuenta de que se necesitaba un árbitro, una instancia controladora de los conflictos y que tuviera la última palabra. “Este control (el del INE) no es autoritario, sino uno democrático”.

El Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello, recordó que en ocho años el instituto ha organizado 322 procesos electorales de todo nivel, desde consultas hasta elecciones, con éxito.

«Si el aparato no funcionara, esto no sucedería. Esto habla de la capacidad de procesar la pluralidad política y la alta competencia electoral. En dos semanas habremos organizado 330 con las elecciones en seis estados, sin que haya habido conflictos postelectorales”, manifestó.

Recordó que el mecanismo del INE funciona sin problemas, y que incluso este sistema electoral ha dado pie al mayor periodo de alternancia política en ocho años de hasta 68 por ciento, pues de las 51 elecciones a gobernador ha habido 35 cambios de un partido en el poder.

“Lo que sí hace democrático a un sistema es que existan las condiciones reales para que la alternancia pueda ocurrir”, informó.

Dijo, además, que el INE es el órgano civil del Estado mexicano con mayor nivel de aprobación por parte de la ciudadanía, alcanzando incluso 64 por ciento de confianza, según encuestas.

“Si no hubiera confianza en el INE, que alguien me explique cómo para la elección de 2021 el INE necesitaba un millón 460 mil personas para ser funcionarios de casilla y que aceptaron casi 3 millones; es decir, casi 200 por ciento de lo que se necesitaba. En la revocación de mandato se necesitaban 287 mil ciudadanos, y aceptaron casi 660 mil”.

“Ahora en estas próximas elecciones necesitábamos 150 mil, y 340 mil personas han aceptado”.

Recalcó que si se acepta la reforma, sería tirar a la basura 32 años de evolución electoral en el país.

Este panel fue moderado por el Exconsejero Presidente del IEPC, David Gómez-Álvarez, quien aseguró que quizá la reforma no pase, pero habrá un golpe a la narrativa mexicana de la democracia, por lo que la ciudadanía se enfrenta al reto de defender a una institución como el INE.

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