Los refugiados, costos de la guerra

DIVISADERO

Eduardo González Velázquez

Muchos son los costos que tienen los conflictos bélicos. Son de diversa naturaleza y de impacto variado. Todos importantes. A querer o no, la sociedad en su conjunto los pagamos, nos hacemos cargo de ellos.

Muchas veces los causantes de esos costos quedan impunes y libres de responsabilidad. Los responsables de los costos los generan, pocas veces los cubren.

Una cara de los costos de la guerra son los desplazamientos humanos. La migración forzada. La súplica por el refugio bélico. El abandono de lo construido, hogar, trabajo, familia, amigos, muertos, historia. Se deja todo para resguardar la vida.

La migración bélica no es solo un fenómeno que se presente más allá de las fronteras de las naciones envueltas en un conflicto, sino también al interior de las territorialidades que son invadidas. En este sentido, la invasión rusa a Ucrania está generando miles de desplazados internos y migrantes en busca de un estatus de refugiados fuera de sus fronteras.

Ya se cuentan al menos 368 mil refugiados procedentes de la nación invadida, 200 mil llegaron a Polonia; 70 mil personas arribaron a Moldavia; a Hungría y Rumania, se internaron 66 mil y 56 mil respectivamente, según estimaciones de la agencia de la Organización de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).

Recordemos que estos flujos de personas se están uniendo, por ejemplo, en Polonia, al 1.5 millones de ucranianos que huyeron de su país en 2014 luego de la incursión militar rusa en Crimea.

Si bien, las naciones de la Unión Europea (UE) comenzaron a organizar la recepción de miles de ucranianos discutiendo la puesta en marcha de la Directiva de Protección Temporaria adoptada en 2002, pero que nunca ha sido utilizada, para conceder protección a las personas desplazadas y posteriormente distribuirlas entre los miembros de la UE; también están mostrando el doble racero que muestra el viejo continente con respecto a los flujos migratorios procedentes de África y Medio Oriente.

Así quedó de manifiesto con las declaraciones del primer ministro de Bulgaria, Kiril Petkov, quien afirmó que “los ucranianos no son los refugiados a los que estamos acostumbrados, estas personas son europeas, inteligentes y educadas. No es la oleada de refugiados a la que estábamos acostumbrados, a personas de las que no estábamos seguros de su identidad, personas con pasados oscuros, que podrían haber sido terroristas”.

La declaración no deja espacio para la duda en el trato a los migrantes y refugiados en Europa. De primera y segunda, según sea su origen.

Lo que también es un hecho, es que, de no ser atendido el corredero de gente procedente de Ucrania, ese flujo migratorio amenaza con convertirse en la mayor crisis humanitaria del viejo continente en muchos años. La presión y los retos para las naciones receptoras cruzan por lo económico, cultural, sanitario, político y religioso.

Los refugiados bélicos, son un costo de la guerra que pagan muchos y pocos miran.

Profesor-investigador del Depto. de Relaciones Internacionales, región occidente. Tec de Monterrey.
@contodoytriques

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