Primer año de Joe Biden, entre el fuego cruzado

DIVISADERO

Eduardo González

 

Este 20 de enero Joe Biden cumple un año en la Casa Blanca. A lo largo de estos doce meses su presidencia se ha convertido en un péndulo que va de un lado a otro: del entusiasmo y la esperanza en casi todo, a la decepción y desesperanza por casi todo.

En el primer corte de su gobierno a los cien días de despachar en la oficina Oval, se miraban más luces que sombras, a saber: se atendía el fenómeno migratorio firmando una serie de Acciones Ejecutivas para detener las prácticas antimigratorias de Donald Trump; se anunciaba el retiro de las tropas estadunidenses de Afganistán, se retornaba al Acuerdo de París sobre cambio climático y a la Organización Mundial de Salud; se redoblaban los esfuerzos económicos, humanos y científicos para enfrentar la pandemia de Covid.

Pero al paso de los meses el andar presidencial se comenzó a complicar. Ora sus correligionarios, ora los republicanos, han negado sistemáticamente el apoyo legislativo en ambas Cámaras para que salgan adelante los proyectos que impulsa Joe Biden.

Para los republicanos casi ningún proyecto beneficiaría a los ciudadanos; los demócratas progresistas piensan que no son suficientes y los más moderados y conservadores afirman que ha ido demasiado lejos. Total, que el jefe de la oficina Oval se encuentra maniatado por dos frentes.

A un año de su presidencia, los logros de Biden han quedado eclipsados por sus errores, su falta de eficacia y por las altas expectativas generadas por sus promesas que no ha podido cumplir.

Los retos que tiene por delante son mayores que los recibidos en enero de 2021. La pandemia de Covid no parece dar tregua y ya cobró la vida de más de 850 mil personas en Estados Unidos. La vacunación que comenzó con bombo y platillo se ha estancado porque un tercio de la población aún se resiste a vacunarse.

Aunque la economía pudo recuperar mucho de lo perdido en el primer año de pandemia, Wall Street marcó récords y el desempleo bajó al 3.9%; apareció algo inesperado: la inflación llegó al 7%, la más alta desde 1982.

El conflicto con Rusia por el asunto de Ucrania sigue escalando y las diferencias entre Moscú y Washington se hacen cada vez más evidentes y profundas. Su relación con China y su creciente influencia es otro hito que debe resolver.

El fenómeno migratorio sigue creciendo y es de urgente atención y solución. En lo más cercano a su presidencia y vida partidista, el mayor desafío que enfrenta es mantener unidos a los demócratas.

Después de doce meses de gobierno, el índice de aprobación del presidente Joe Biden no es para presumir. Según FiveThirtyEight apenas alcanza 43%, solo 4 puntos arriba de lo obtenido por Trump también en su primer año. La encuesta de Gallup lo sitúa con 42%, 15 puntos menos que el pasado enero.

En relación a los demócratas su popularidad también bajó de 98% a 92%, entre republicanos del 11% al 4%), y entre los independientes la caía ha sido mayor, del 61% al 43%.

El tiempo se acorta y sus promesas de campaña deben concretarse, al menos una parte de ellas, antes del 8 de noviembre de este año cuando se realicen las elecciones de medio término donde se renovarán 35 curules en el Senado (un tercio) y los 435 escaños en la Cámara de Representantes. De cualquier manera, los sondeos indican que el electorado en noviembre le devolverá el Capitolio al Partido Republicano, lo que significaría un bloqueo casi instantáneo de cualquier iniciativa de Joe Biden y los demócratas.

Desde luego, la presidencia de Joe Biden no se encuentra estancada, pero comienza el nuevo año con muchos problemas que debe resolver.

Profesor-investigador del Depto. de Relaciones Internacionales, región occidente. Tec de Monterrey.

@contodoytriques

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